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Donald Trump ha cesado a Lisa Cook, gobernadora de la Reserva Federal, “con motivo”, según ha anunciado él mismo en redes sociales. El despido de Cook, que había sido acusada por un aliado del presidente de Estados Unidos de fraude en unas solicitudes de hipoteca, es legalmente dudoso y siembra las dudas sobre el futuro de la independencia de la Fed. Pero a la espera de ver si la economista apela contra su cese, el paso puede dar nuevas bazas al republicano para conseguir el control de la institución responsable de la política monetaria, una de sus ambiciones para este mandato que se le había mostrado esquiva hasta ahora. Pero también puede causar repercusiones en los mercados.
Cook, nombrada por el presidente Joe Biden y cuyo mandato no expiraba hasta 2038, es la primera mujer afroamericana gobernadora de la Fed estadounidense.
En la carta de despido, que Trump ha publicado en su red social, Truth, el presidente hace referencia a la denuncia presentada por un alto cargo del Departamento de Vivienda y gran partidario de Trump, Bill Pulte, que aseguraba que Brown había declarado como residencia primaria dos viviendas en dos Estados distintos, para solicitar hipotecas por ambas en términos favorables.
“Queda usted eliminada de su puesto en la junta de gobernadores de la Reserva Federal con efecto inmediato”, se lee en la carta, con el membrete de la Casa Blanca y la firma presidencial.
Trump también declara que “la Reserva Federal tiene una enorme responsabilidad al fijar los tipos de interés y regular la reserva y los bancos miembros”. Por lo tanto, continúa, “el pueblo estadounidense debe poder tener confianza plena en la honestidad de los miembros encargados de supervisar y fijar la política de la Reserva Federal. A la luz de su conducta engañosa y potencialmente delictiva en una cuestión financiera, no pueden tenerla, y yo no tengo tampoco esa confianza en su integridad”.
La destitución de Cook es el paso más agresivo dado hasta ahora por Trump en sus intentos de hacerse con el control de la Fed independiente. Llega apenas semanas después de que dimitiera la economista Adriana Kugler de su puesto como miembro de la junta de gobernadores el pasado 1 de agosto.
Desde entonces, Trump, que ha hecho una costumbre de arremeter contra el presidente de la Reserva Federal Jerome Powell, ha nombrado como sustituto de Kugler a su asesor económico Stephen Miran. La vacante que dejará Brown abre otra oportunidad para que el republicano nombre a un sustituto más cercano a sus planteamientos económicos y más susceptible de prestar oídos a sus llamamientos para recortar los tipos de interés.
En su discurso en la reunión anual de gobernadores centrales en Jackson Hole el pasado viernes, Powell dio sus indicios más claros posibles de que la Fed recortará sus tipos de interés en la reunión de septiembre. El presidente de la Fed se había resistido hasta ahora a las intensas presiones de Trump, al considerar que un abaratamiento del dinero daría alas a una inflación no completamente dominada.
“Con la política monetaria en territorio restrictivo, el panorama general y el cambiante equilibrio de riesgos podrían justificar un ajuste de nuestra política”, declaraba Powell. Las palabras del presidente de la junta de gobernadores desataron la euforia en los mercados. Pero el discurso no parecía convencer al inquilino de la Casa Blanca. “Demasiado tarde”, comentaba.
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