El gobierno mexicano ha reportado que Petróleos Mexicanos (Pemex) ha avanzado en el pago de sus deudas a proveedores, logrando abonar un total de 147 mil millones de dólares hasta junio de este año. Este monto, sin embargo, representa solo una fracción de la deuda total reconocida, que supera los 400 mil millones de dólares. A pesar de este progreso, las tensiones con los empresarios continúan, y se han multiplicado los rumores sobre la posibilidad de un paro programado para julio, lo que podría tener repercusiones severas en la producción, la generación de empleo y la seguridad energética nacional.
Durante una conferencia matutina, la presidenta Claudia Sheinbaum abordó el tema y descartó el escenario de un paro, afirmando contundentemente que “no va a pasar”. Al ser cuestionada sobre las advertencias hechas por la Asociación Mexicana de Empresas de Servicios Petroleros (AMPESPAC), que recientemente alertó sobre el impacto negativo de estos retrasos en el sector, la presidenta volvió a resaltar que Pemex ha hecho entregas parciales a sus proveedores y que se está trabajando conjuntamente con la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) para establecer mecanismos que solucionen los problemas de liquidez. “No hay riesgo”, reiteró Sheinbaum.
Por su parte, la AMPESPAC, que representa a diversas compañías del sector, sostiene que Pemex tiene un adeudo cercano a 50 mil millones de pesos por trabajos realizados. En una carta enviada a altos funcionarios del gobierno, la asociación advirtió que la morosidad ha llevado al sector a una significativa disminución de las actividades operativas, comprometiendo seriamente su flujo de caja y poniendo en peligro la continuidad operativa a partir de julio.
Ante esta situación, los empresarios han solicitado de manera urgente la instalación de mesas de trabajo con las autoridades pertinentes. El objetivo de estas mesas sería agilizar el reconocimiento de las facturas correspondientes a servicios prestados en 2024 y asegurar que, a partir de 2025, los pagos se realicen de manera puntual según lo establecido en los contratos. Además, han pedido diseñar un programa que permita saldar de inmediato las deudas históricas.
Aunque la presidenta ha minimizado la posibilidad de un paro, no ofreció detalles sobre un plan de pagos inmediato. Este escenario plantea una continua incertidumbre para las empresas afectadas y podría tener consecuencias no solo en su operación, sino también en la estabilidad del sector energético en México.
Esta nota contiene información de varias fuentes en cooperación con dichos medios de comunicación




























