El programa mexicano de prevención y tratamiento de adicciones en prisiones estatales ha sido eliminado, según informes recientes. Esta decisión ha generado cierta preocupación en cuanto al impacto que podría tener en la salud y rehabilitación de los reclusos.
La eliminación de estos programas se produce en un momento en el que la adicción a sustancias ilegales, como la marihuana y la cocaína, continúa siendo un problema significativo en las cárceles mexicanas. Además, se suma a la preocupación en medio de la crisis de salud mental que enfrenta el sistema penitenciario del país.
Esta medida ha suscitado interrogantes sobre cómo los reclusos podrán recibir la asistencia que necesitan para superar sus adicciones. Algunos expertos han expresado su preocupación por el impacto que esto podría tener en la reinserción de los presos en la sociedad, así como en la seguridad en las prisiones.
Es importante considerar los posibles efectos que la eliminación de estos programas podría tener en los reclusos, el personal penitenciario y la sociedad en general. Aunque el motivo de esta decisión no está claro, es fundamental que se busquen alternativas para garantizar que los reclusos reciban el apoyo necesario para superar sus adicciones y puedan reintegrarse de manera efectiva en la sociedad una vez finalizada su condena.
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