Un templo histórico en la Ciudad de México ha sido restaurado tras sufrir daños durante el terremoto de septiembre de 2017. El templo de San Francisco Totimehuacán en Milpa Alta ha sido devuelto a su esplendor con el trabajo de restauración financiado por el Programa Nacional de Reconstrucción. La ceremonia de “reinauguración” del templo contó con la presencia de autoridades locales y líderes religiosos que se congratularon por el esfuerzo en la restauración del templo del siglo XVII. El templo también se inauguró como un sitio de memoria de las masacres indígenas ocurridas en 1541 en la región.
La restauración del templo San Francisco Totimehuacán ha sido parte del esfuerzo del gobierno federal mexicano para restaurar los edificios dañados por el terremoto de 2017. Con un costo de alrededor de 22 millones de pesos, la restauración del templo incluyó la consolidación de la estructura y la restauración de pinturas y retablos del siglo XVII. El trabajo también incluyó la instalación de medidas de seguridad para proteger la estructura de futuros daños. Los trabajos de restauración comenzaron en 2019 y tomaron un poco más de dos años para completarse.
El templo de San Francisco Totimehuacán es un ejemplo de cómo la recuperación patrimonial puede ser una herramienta para mantener la memoria y la identidad de una comunidad. La ceremonia de “reinauguración” permitió a los residentes locales celebrar la importancia del templo como un sitio histórico y religioso. La restauración también permitió que el templo se convirtiera en un centro de memoria para las masacres indígenas ocurridas en la región.
La restauración del templo de San Francisco Totimehuacán en Milpa Alta ha sido una victoria para la recuperación patrimonial en México. Tras sufrir daños durante el terremoto de 2017, el templo del siglo XVII ha sido devuelto a su antigua gloria gracias a un ambicioso esfuerzo de restauración financiado por el Programa Nacional de Reconstrucción. La ceremonia de “reinauguración” del templo contó con la presencia de autoridades y líderes religiosos que celebraron el esfuerzo que se había llevado a cabo para devolver el templo a su estado original.
La restauración incluyó la consolidación de la estructura y la restauración de pinturas y retablos del siglo XVII. Con un costo de alrededor de 22 millones de pesos y un poco más de dos años de trabajo, la estructura ha sido especialmente protegida contra futuros daños.
Además de recuperar la historia del templo, la ceremonia de “reinauguración” permitió a los residentes locales celebrar la importancia de este sitio histórico y religioso. La restauración también convirtió al templo en un centro de memoria para las masacres indígenas ocurridas en 1541 en la región. Este proyecto se ha convertido en un modelo para la recuperación patrimonial en la Ciudad de México.
La restauración del templo de San Francisco Totimehuacán es un ejemplo impresionante de cómo la recuperación patrimonial puede mantener la memoria y la identidad de una comunidad. Esta iniciativa creó un espacio para celebrar y preservar la historia, al mismo tiempo que protege el valioso patrimonio cultural para las futuras generaciones.
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