El reciente consejo nacional de Morena ha estado marcado por tensiones y preocupaciones significativas que van más allá de la simple estructuración interna del partido. Aunque el propósito inicial era discutir propuestas para fortalecer la organización, dos temas se llevaron la atención: la crisis de Adán Augusto y la notable ausencia de Andy López Beltrán.
En el contexto actual, la situación de Adán Augusto, quien se enfrenta a acusaciones relevantes, ha suscitado preocupaciones en el Palacio Nacional. Aún más alarmante es el impacto que esta crisis podría tener en la coordinación del partido en el Senado, especialmente en un momento delicado de relaciones con Estados Unidos. La expectativa del encuentro oficialista era que serviría para mitigar los efectos de la crisis en Tabasco, pero ese objetivo no se alcanzó.
Las repercusiones de esta crisis no son solo internas. A medida que las acusaciones contra el exsecretario de Seguridad, Hernández Bermúdez Requena, continúan resonando, el malestar crece no solo en las bases del partido, sino también entre los altos mandos del gobierno federal. Los esfuerzos de algunos líderes por reforzar la unidad en torno a Claudia Sheinbaum se ven ensombrecidos por imágenes que circularon durante el consejo, donde Adán Augusto apareció con una expresión de preocupación ante un clamor de apoyo de sus seguidores.
Fuentes dentro del oficialismo han manifestado que la presencia de Adán Augusto fue más relevante de lo esperado, y hay inquietud por la incapacidad del consejo para acallar los ecos de la crisis. En lugar de lograr una atmósfera de cohesión, surgieron sentimientos de alegría entre algunos sectores ante la adversidad del senador, lo que podría interpretarse como un debilitamiento de la imagen pública y cohesión del partido.
El discurso del gobernador de Sonora, Alfonso Durazo, que abogó por una “unidad total con Claudia Sheinbaum”, quedó eclipsado por la crisis en Tabasco. La falta de atención hacia sus palabras resalta la complejidad de la situación actual y la fragilidad de la coalición oficialista. En lugar de consolidar las bases del partido, el consejo ha evidenciado divisiones que podrían complicar el futuro político de la organización.
Esta situación, que se dio a conocer originalmente el 21 de julio de 2025, es un claro reflejo de los desafíos que enfrenta el oficialismo en un momento crucial. Mientras tanto, el impacto de la crisis de Tabasco sigue generando inquietudes y pone de relieve la necesidad de una respuesta coordinada y efectiva dentro del partido. Las decisiones que se tomen en este momento serán determinantes para el rumbo de Morena y su capacidad de afrontar los retos que se avecinan.
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