Un grupo de buscadores de personas desaparecidas llevó a cabo una acción simbólica frente al Senado, en respuesta a lo que consideran una falta de atención y acción por parte del gobierno en la crisis de desapariciones que afecta al país. Esta protesta tuvo lugar en un contexto donde la impunidad y la negligencia en la búsqueda de personas desaparecidas se han vuelto temas recurrentes en el debate público.
Los manifestantes, integrados por familiares de personas desaparecidas y activistas, demandaron a los legisladores que reconozcan la gravedad de la situación y actúen con seriedad para abordar la problemática. Durante la actividad, colocaron pantallas que simulaban un “cerrado” emocional frente a la sede del Senado, destacando la frustración y el dolor que viven día a día miles de familias que han perdido a sus seres queridos sin respuesta alguna de las autoridades.
Las cifras reflejan la magnitud de esta crisis. México se enfrenta a más de 100,000 desaparecidos, un número escalofriante que continúa en aumento. Esta realidad ha generado, no solo un sufrimiento interminable en las familias, sino también una creciente presión social sobre las instituciones para que implementen políticas efectivas y recursos adecuados en la búsqueda y localización de desaparecidos.
Los buscadores señalaron que la respuesta del gobierno ha sido insuficiente y que muchas veces se enfrentan a la hostilidad y desinterés de las autoridades. Desde la falta de personal capacitado hasta la escasez de recursos destinados a la investigación de desapariciones, estos obstáculos han contribuido al clima de desesperanza que rodea a las víctimas.
El movimiento no solo busca visibilizar el dolor de las familias, sino también un llamado a la acción para que se garantice el derecho a la verdad y la justicia. En este sentido, los manifestantes exigen una reforma integral en los procesos de búsqueda, así como el reconocimiento de la importancia de su labor como personas buscadoras, quienes han asumido en muchos casos la responsabilidad de investigar y localizar a sus seres queridos debido a la inacción de las autoridades.
La situación refleja un desafío sistemático que está en el corazón del debate sobre derechos humanos en México. Con una crisis de desapariciones que no muestra signos de disminuir, es imperativo que la sociedad civil y las instituciones trabajen conjuntamente para crear un cambio duradero que garantice que cada desaparecido sea buscado y cada familia reciba la atención y el apoyo que merece.
Mientras la comunidad clamaba por acción y justicia, el evento se convirtió en un punto de encuentro para la solidaridad y la resistencia. La voz de los buscadores resuena en una sociedad que no puede ni debe permanecer en silencio ante la injusticia.
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