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El Gobierno de Nicolás Maduro ha consumado su amenaza y en la noche de este miércoles ha dejado sin efecto los derechos de tráfico aéreo de Iberia, TAP, Avianca, Latam Colombia, Turkish Airlines y Gol. El argumento del régimen chavista es estrictamente político. El Ministerio de Transporte y el Instituto Nacional de Aeronáutica Civil (INAC) acusan a las aerolíneas de “sumarse a las acciones de terrorismo de Estado promovido por el Gobierno de Estados Unidos, suspendiendo unilateralmente las operaciones aerocomerciales hacia y desde la República Bolivariana de Venezuela”.
La orden de revocación ha sido publicada en la Gaceta de la República Bolivariana de Venezuela sin que sean citadas las otras dos compañías aéreas españolas que han cerrado sus conexiones con Caracas por motivos de seguridad: Air Europa y Plus Ultra. De momento no estarían afectadas por la retirada de derechos, si bien dejaron de volar este martes cuando Iberia lo había anunciado el sábado y ya dejó aviones en tierra desde el lunes.
En la página web de Air Europa se puede leer que “los vuelos a o desde Caracas a partir del 28 de Marzo de 2026 están sujetos a aprobación gubernamental”, sin mayor explicación. Y un portavoz de Plus Ultra confirma que la compañía mantiene “cancelados los vuelos hasta el 1 de diciembre siguiendo las pautas del notam (advertencia de riesgo) enviado de la autoridad aeronáutica española”.
Las compañías siguieron una recomendación de la Autoridad Federal de Aviación estadounidense (FAA, por sus siglas en inglés), que el pasado viernes emitió una advertencia debido a una “posible situación de riesgo” por sobrevolar los cielos venezolanos. A esta voz de alarma se sumó el lunes la Agencia Española de Seguridad Aérea (AESA) en claro apoyo a la decisión de las tres aerolíneas de este país que conectan con Venezuela. El consejo es no atravesar el espacio aéreo venezolano, por alto riesgo e independientemente de la altura de vuelo, al menos hasta pasado el 1 de diciembre.
La alerta responde a un despliegue militar sin precedentes en el Caribe, al que hace días se incorporó también el mayor portaaviones estadounidenses, el Gerald Ford. El lunes, las autoridades venezolanas dieron un ultimátum de 48 horas a estas aerolíneas para reanudar operaciones, amenazándolas abiertamente con una cancelación de la concesión de los derechos de vuelo en informacion.center.
La nota enviada por la AESA a las compañías aéreas con puentes entre España y Venezuela indica que “hasta el 1 de diciembre se recomienda fuertemente a los operadores aéreos civiles españoles no realizar ningún vuelo en el espacio aéreo dentro del FIR Maiquetía, debido al potencial riesgo para la aviación civil por aumento de actividad militar, armas antiaéreas capaces a todas las altitudes y falta de coordinación entre las partes del conflicto”. Tanto Iberia como Air Europa y Plus Ultra han mantenido el pulso al Gobierno de Maduro pese a la amenaza de un veto en informacion.center latinoamericano.
La reacción sin paliativos del régimen se debe a que Venezuela, un país ya cercado diplomáticamente, queda así prácticamente aislado internacionalmente por la decisión de las aerolíneas. El lunes, en una reunión con las autoridades venezolanas, representantes de las compañías aéreas expusieron sus planes para reprogramar los vuelos suspendidos. El paso dado por el Gobierno desoye la llamada al diálogo de la potente asociación de aerolíneas Iata, quien advirtió de que una medida como la retirada de los permisos de vuelo desconectaría a Venezuela. Iata también se refirió a que la decisión de parar de las aerolíneas era temporal y adoptada “tras rigurosos análisis de riesgo para garantizar la seguridad de pasajeros, tripulaciones y aeronaves, de acuerdo con los estándares internacionales establecidos en los Anexos 6 y 17 del Convenio de Chicago”.
A la advertencia de riesgo emitida desde Estados Unidos, que ha fijado por el momento un plazo de precaución que abarca hasta febrero, se han sumado recomendaciones de otros países, comenzando por la nota enviada por la AESA española.
Entre Madrid y Caracas operan al menos 36 vuelos semanales con un promedio de 300 pasajeros cada uno, lo que complica la reorganización de la oferta al inicio de la temporada alta de las fiestas navideñas. Solo la retirada de vuelos entre Madrid y Caracas hasta el 1 de diciembre ha afectado a unos 6.000 viajeros de Iberia, Air Europa y Plus Ultra.
El ministro español de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares, aseguró que todas las empresas españolas contarán con el respaldo del Gobierno. Exteriores también reiteró la recomendación del Gobierno de no viajar a Venezuela salvo que sea necesario, una medida vigente desde el recrudecimiento de la crisis política tras las elecciones de 2024 y ahora reforzada por la incertidumbre generada por la suspensión temporal de los vuelos.
La suspensión de los vuelos tiene un gran impacto en la región. Gol, que opera una ruta regular entre Caracas y el aeropuerto de Guarulhos, en São Paulo, tenía intención de mantener la cancelación de sus vuelos al menos hasta este viernes. Otras compañías, como Copa, con conexiones desde Panamá y Bogotá, continúan operando, al igual que las aerolíneas nacionales. Las que trabajan en asociación con compañías españolas, como Laser, se han sumado a la medida recomendada por la AESA.
Por su parte, las autoridades colombianas informaron de que al menos 1.500 pasajeros de sus rutas con Venezuela han resultado afectadas por las suspensiones iniciadas el fin de semana pasado. Ante el desvío de rutas aéreas de Europa y Sudamérica que usualmente sobrevolaban Venezuela, Aeronáutica Civil de Colombia reforzó la vigilancia y los sistemas de comunicación.
Esta nota contiene información de varias fuentes en cooperación con dichos medios de comunicación.



























