En una reciente conferencia de prensa, Claudia Sheinbaum, actual presidenta de la Ciudad de México, abordó el amparo interpuesto a nombre de Andrés López Beltrán, hijo del expresidente Andrés Manuel López Obrador. Durante su intervención, Sheinbaum calificó esta acción como parte de una “campaña de calumnias” dirigida en contra de la Cuarta Transformación (4T) y del propio Obrador.
La presidenta no escatimó en señalar que el objetivo de esta maniobra es desprestigiar no solo a los hijos del expresidente, sino al mismo movimiento que él lidera. “Es evidente que el objetivo es la calumnia, desacreditar. Es simplemente parte de una campaña política contra nuestro movimiento”, afirmó sobre las intenciones detrás del amparo.
Sheinbaum cuestionó la rápida difusión del caso, sugiriendo que resulta extraño que la noticia estuviera tan pronto en redes sociales y medios de comunicación. “¿Cómo es posible que alguien ampare a una persona usando su nombre y al minuto ya está en las redes y en los medios?”, se preguntó, instando a revelar la identidad de quien interpuso el amparo.
El asunto ha cobrado relevancia no solo por las declaraciones de Sheinbaum, sino también por la carta de desmentido emitida previamente por el secretario de Morena. Este último también enfatizó que no había tramitado ningún amparo y que, al igual que la presidenta, consideró que se trataba de una estrategia de desprestigio. Destacó además que el documento en cuestión no contenía firma alguna, lo que sugiere que su nombre fue usurpado.
A medida que el tema se desarrolla, la lucha por la narrativa política se intensifica, reflejando la tensión actual en el panorama político mexicano. Estas acusaciones y desmentidos ponen en evidencia la polarización que persiste y el uso de herramientas legales y mediáticas como parte de la estrategia política.
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