Se tuvo que cortar la escena

La actriz Daniela Castro volvió a acaparar la atención del público por una inesperada confesión que realizó durante una entrevista con el conductor Yordi Rosado. En su intervención, la protagonista de “Cadenas de amargura” reveló una incómoda experiencia que vivió durante una grabación en Televisa: el mal aliento de un galán de telenovelas obligó a cortar una escena de beso.

Aunque no reveló el nombre del actor en cuestión, su relato provocó una ola de especulaciones y comentarios en redes sociales. La historia bien exhibe una anécdota incómoda, además de mostrar la exigencia que enfrentan los actores al trabajar en escenas íntimas, incluso en condiciones desfavorables.

¿Qué dijo Daniela Castro sobre el incómodo momento que vivió?

Durante la entrevista, Daniela Castro narró que mientras grababa una telenovela —cuyo nombre tampoco especificó—, le tocó compartir escena con un actor que, según ella, tenía un aliento insoportable. La situación fue tan desagradable que se vio obligada a pedir que se detuviera la grabación.

“Se tuvo que cortar la escena porque no voy a decir el nombre del actor, pero qué cosa, le olía a ca% la boca”, expresó con sinceridad y un toque de humor. Su testimonio sorprendió al público y al propio entrevistador, Yordi Rosado, quien no pudo evitar reír ante la anécdota.

Castro también reveló que el incidente no pasó desapercibido en la producción, pues varias personas notaron el mal olor. Fue tal el nivel de incomodidad que ella se negó a continuar grabando escenas románticas con ese actor.

¿Cómo reaccionó la producción ante la queja de Daniela Castro?

La actriz, reconocida por su profesionalismo, relató que tras manifestar su incomodidad, los encargados de la producción intentaron resolver la situación de manera inmediata. Según su versión, llevaron chicles y cepillos de dientes al set, pero el actor en cuestión se excusó bajo el argumento de que no podía lavarse los dientes debido a un tratamiento dental.

Al ver que no había solución viable y ante la negativa de Daniela para continuar con las escenas de beso, el equipo optó por modificar el guion para evitar momentos cercanos entre ambos personajes.

“Decía que no podía lavarse los dientes porque estaba en tratamiento dental. Quitaron esa escena”, explicó la actriz.

¿Qué consecuencias tuvo esta situación en la producción de la telenovela?

De acuerdo con la actriz, incluso el propio Emilio Azcárraga, directivo de Televisa, intervino de manera indirecta al sugerir que debía “mostrar más amor” en las escenas. Sin embargo, Daniela Castro fue clara al explicar que no se trataba de falta de compromiso con su personaje, sino de una cuestión de higiene que le impedía actuar con normalidad.

Esta situación provocó ajustes en el libreto y evidenció los desafíos que enfrentan los actores en sets de grabación. Aunque no se mencionó si hubo consecuencias para el actor involucrado, el relato dejó en evidencia la importancia del cuidado personal, incluso en producciones que implican contacto físico cercano.

VIDEO Así fue el momento en que Daniela Castro reveló que un galán de telenovela tiene mal aliento

La historia de Daniela Castro ha causado sensación más que por lo desagradable del momento, porque desmitifica la imagen perfecta de los galanes de telenovelas. Su declaración abrió espacio para que otros profesionales del medio comentaran anécdotas similares o compartieran sus experiencias en grabaciones complicadas.

Además, el hecho de que se haya reservado el nombre del actor generó especulación en redes sociales, donde los usuarios intentan descifrar de quién se trata.

La entrevista con Yordi Rosado también permitió conocer otras facetas de la vida personal y profesional de Daniela Castro, quien a sus 55 años mantiene una carrera sólida en el mundo del entretenimiento. Con telenovelas como “Cadenas de amargura”, “Una familia con suerte” y “Lo que la vida me robó” en su trayectoria, la actriz continúa vigente tanto en televisión como en plataformas digitales.

Uno de los momentos más comentados, sin embargo, fue su anécdota sobre el mal aliento de un colega, que dejó claro que incluso en el glamour de la televisión, hay situaciones humanas, incómodas y completamente reales.