El presidente Donald Trump ha intensificado las tensiones comerciales al amenazar con imponer aranceles del 25% a Apple si la compañía no traslada la producción de sus iPhones a Estados Unidos desde el extranjero. Durante una reciente conferencia en la Casa Blanca, Trump aclaró que esta amenaza no se limita a Apple, sino que también podría aplicarse a fabricantes de dispositivos como Samsung. “Podrían ser más”, advirtió Trump al ser cuestionado sobre si su amenaza arancelaria solo afectaba a Apple, sugiriendo que cualquier empresa que fabrique productos similares podría ser blanco de estas medidas.
Trump ha dejado claro que su objetivo es incentivar a los fabricantes para que establezcan operaciones dentro de EE. UU. y mencionó específicamente los aranceles como una herramienta que comenzaría a aplicarse, asumiendo que esto ocurrirá a finales de junio. Sus declaraciones complementan una publicación previa en redes sociales donde se hizo hincapié en que Apple tendría que enfrentar significativos aranceles si no ajustaba su producción.
En febrero, Apple se comprometió a realizar una inversión considerable de 500 mil millones de dólares en manufactura dentro de EE. UU. con el fin de mitigar el impacto de las amenazas comerciales de Trump. Sin embargo, a pesar de este compromiso, el presidente ha manifestado que este esfuerzo no ha satisfecho sus expectativas, insistiendo en que las tarifas seguirán si la compañía no realiza cambios significativos en su modelo de producción.
Por otro lado, Apple también ha alertado que, si los aranceles actuales se mantienen, podría enfrentar un costo adicional de aproximadamente 900 millones de dólares en un futuro trimestre. Esto plantea un dilema no solo para Apple, sino también para otros grandes fabricantes que buscan equilibrar el costo de producción con las exigencias del gobierno estadounidense.
Además, en el ámbito de las relaciones comerciales con la Unión Europea, Trump ha mencionado que las negociaciones no progresan como se esperaba y ha recomendado un aumento del 50% en los aranceles hacia esta región. Este anuncio ocurre en un contexto donde se han señalado deficiencias preocupantes en el comercio exterior de EE. UU., lo que Trump tacha como un “déficit comercial totalmente inaceptable”.
En resumen, las tensiones entre el gobierno estadounidense y las grandes empresas tecnológicas, así como con los socios comerciales internacionales, continúan escalando. En un entorno donde las decisiones comerciales tienen consecuencias financieras significativas, la industria estará atenta a cómo se desarrollarían estas políticas arancelarias en los próximos meses, teniendo en cuenta que las declaraciones y decisiones de mandos ejecutivos pueden redefinir el futuro de la manufactura y el comercio en América del Norte.
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