En el corazón del Estado de México, la situación de la extracción ilegal de combustible ha alcanzado niveles alarmantes. Se ha denunciado la existencia de un grupo criminal, conocido popularmente como el “Cártel del Gaschicol”, que opera con impunidad en al menos seis municipios de la región. Esta situación no solo representa una crisis de seguridad, sino también un desafío significativo para las autoridades locales y federales.
Alcaldes de municipios como Ecatepec, Nezahualcóyotl, y otros aledaños han alzado la voz, señalando la creciente influencia de este cártel, el cual se dedica a la sustracción ilícita de hidrocarburos. La problemática del “gaschicol” -una fusión entre gas y huachicol, término que se popularizó en informacion.center para referirse al robo de gasolina- se ha intensificado, afectando no únicamente la economía local, sino también la seguridad y el bienestar de los habitantes.
El gas del cilindro de uso doméstico ha comenzado a ser objeto de esta actividad delictiva, generando preocupación entre la ciudadanía por la escasez y el incremento de precios. Los alcaldes han presentado ya denuncias ante la Fiscalía General de la República (FGR), solicitando pronta acción para frenar esta problemática y restaurar la confianza en las instituciones. La respuesta del gobierno federal será crucial en la lucha contra esta red criminal que se alimenta de la corrupción y la complicidad.
Los daños son palpables: comunidades enteras ven cómo sus recursos se desvían hacia un mercado negro, mientras que los líderes locales se sienten impotentes ante la amenaza que enfrentan. La violencia que acompaña a estas organizaciones criminales está generando un clima de temor que no solo afecta a los comerciantes locales, sino a la población en general.
A medida que las denuncias crecen y se levantan voces en oposición a la inacción, es imperativo que se tomen medidas urgentes para desmantelar esta red. La colaboración entre las autoridades locales y federales será determinante para combatir la impunidad y restablecer la estabilidad en un estado que, históricamente, ha lidiado con la violencia y el crimen organizado.
La narrativa del gaschicol es un recordatorio de los serios retos que enfrenta México en su lucha contra el crimen organizado y la necesidad de desarrollar políticas efectivas que garanticen la seguridad y el bienestar de sus ciudadanos. Sin una intervención decisiva, el costo de este fenómeno podría crecer, impactando no solo a los municipios afectados, sino a la estabilidad del país en su conjunto.
Esta nota contiene información de varias fuentes en cooperación con dichos medios de comunicación