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Griselda Blanco llegó a convertirse en una de las mujeres más temidas de América Latina; sin embargo, a pesar de su sangre fría, también tuvo un lado romántico que se muestra en la bioserie de Netflix.
Recientemente, por ejemplo, se viralizó una entrevista que Charles Cosby, el último novio de Griselda, concedió al medio The Sun, en donde el joven detalló cómo había iniciado su romance con la narcotraficante cuando ella estaba en prisión.
Aunque Cosby la describió como una mujer apasionada, tierna y muy dadivosa, también reconoció que su novia era despiadada a pesar de su encarcelamiento, pues no dudó en mandarlo asesinar por una infidelidad, y aunque el joven logró escapar de la muerte, reconoció que estuvo cerca de correr el mismo destino que las otras parejas de la “viuda negra”.
Este inquietante apodo acabó por caerle “como anillo al dedo” a Griselda Blanco, quien a lo largo de su vida se casó tres veces. Todos sus esposos fueron acribillados en circunstancias similares, y aunque no se nunca se confirmó de manera oficial, estos crímenes habrían sido ordenados por la colombiana.
ELLOS FUERON LOS TRES ESPOSOS DE GRISELDA BLANCO Y ASÍ FUE SU SANGRIENTO FINAL
Carlos Trujillo, un criminal conocido por falsificar documentos, fue el primer esposo de Griselda y padre de tres de sus hijos: Uber, Dixon y Osvaldo. En 1964, toda la familia emigró ilegalmente a los Estados Unidos para comenzar una nueva vida. Al parecer, maltrataba a su esposa y después se separaron.
La muerte de Carlos Trujillo es un auténtico misterio, pues aunque oficialmente el hombre falleció debido a una cirrosis, todo apunta a que habría sido asesinado por Griselda Blanco, aunque esto jamás se comprobó.
Alberto Bravo se convirtió en el segundo esposo de Griselda Blanco y, supuestamente, fue él quien la introdujo en el mundo del narcotráfico: primero, utilizó a su esposa como “mula” para trasladar droga y después fue dándole trabajos de mayor resposabilidad.
La relación entre Alberto y Griselda terminó cuando ella se enteró de que él le era infiel y, un día que lo descubrió con otra mujer, le disparó a su esposo en la cabeza y el estómago para vengarse de él, matándolo al instante.
Darío Sepúlveda y Griselda Blanco se casaron en 1978 y tuvieron un hijo: Michael Corleone, quien en la actualidad es el único sobreviviente de la familia. Darío se convirtió en poco tiempo en la mano derecha de la narcotraficante; sin embargo, al ver que la espiral de violencia iba en aumento, decidió alejarse de ese mundo.
No obstante, Griselda nunca le perdonó el hecho de que le hubiera arrebatado a Michael para escaparse con él, por lo que urdió un plan y contrató a sicarios para llevar a cabo su cruel venganza: de acuerdo con el Miami New Times, Darío Sepúlveda murió acribillado por hombres disfrazados de policías.
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