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“El Gobierno de Estados Unidos ha decidido escoger como su aliado en Colombia a la mafia”, ha dicho Gustavo Petro al caer la tarde de este viernes, pocas horas después de que el Gobierno de los Estados Unidos lo incluyera en la llamada lista Clinton, alegando vínculos del presidente colombiano con el narcotráfico. “Nosotros no nos arrodillamos, nosotros no vamos a dar un paso atrás” ha insistido ante los vítores de miles de seguidores que llenaban la plaza de Bolívar, pues los que había citado días antes para manifestarse en favor de su propuesta de una Asamblea Constituyente. El encuentro, engalanado con carteles en defensa del “poder constituyente” que ha defendido el líder de izquierdas, terminó por convertirse en una gran plataforma para que respondiera a las acusaciones del Ejecutivo de Donald Trump desde la calle, el lugar en el que se mueve de forma más cómoda y natural.
La convocatoria se daba en un contexto de alta tensión política. Petro eligió un viernes en la tarde, a dos días de la consulta popular por la que el petrismo definirá sus candidatos a la presidencia y al Congreso para las elecciones del próximo semestre, y al cierre de una semana en la que mantuvo una crisis con Estados Unidos y sus bases sufrieron la derrota anímica de la absolución, en segunda instancia, de su némesis, el expresidente Álvaro Uribe Vélez. Por eso, el plantón era esperado desde que Petro lanzó el llamado, tras conocer la exoneración de Uribe en un proceso penal que ha mantenido en vilo a Colombia durante más de una década. Y la decisión del Gobierno norteamericano, anunciada a inicios de la misma tarde, aumentó la expectativa.
Por eso, unas dos horas antes de que el presidente apareciera en tarima, ya en la céntrica plaza de Bolívar iban abarrotándose miles de sus seguidores. Heliodoro Africano, un docente pensionado de 67 años, dice que ha acudido a la manifestación para mostrar un “apoyo total” a las reformas sociales del Gobierno, que “el Congreso está echando abajo”. Le preocupa especialmente la pensional, cuya suerte se decide ahora mismo en la Corte Constitucional. Añade que también es un respaldo irrestricto a Petro, que “es el único presidente que no se le ha arrodillado al Gobierno norteamericano”. “Ni Lula (presidente de Brasil) ha sido tan frentero”, resalta.
La embestida de Trump contra Petro también la rechaza Sergio Suárez, comerciante de 50 años que ha acudido a la manifestación. “El presidente de los Estados Unidos quiere ser rey del mundo y que se haga lo que él diga, yo creo que eso no está bien”, defiende. Y también ha venido porque está de acuerdo con la propuesta de la Asamblea Constituyente. “Sería una forma de volver a barajar y tratar de hacer los cambios que hasta ahora no se han podido porque siempre aparecen trabas jurídicas”.
Entre los miles de personas que han llenado la plaza, en la que se ha exhibido una enorme bandera del M-19 -la guerrilla a la que perteneció el presidente Petro-, ha habido estudiantes, pensionados, trabajadores, batucadas y delegaciones indígenas que han llegado de distintas partes del país. Henny Gutiérrez, de 49 años, ha acudido desde el municipio de Puerto Carreño (Vichada) en donde es gobernadora de un cabildo. Tuvo que viajar primero en lancha hasta Puerto Gaitán (Meta) y de allí hasta Bogotá por tierra, en un viaje de más de 10 horas. “Tenemos que apoyar los procesos que está liderando el presidente Petro, es la única opción para los pueblos indígenas”.
Dos enormes pantallas ubicadas en la plaza han proyectado la caminata del presidente desde el Palacio de Nariño hasta la tarima. Lo ha hecho rodeado de la vicepresidenta Francia Márquez, la directora del Departamento Administrativo de la Presidencia, Angie Rodríguez; el asesor Víctor de Currea Lugo y el ministro del Interior, Armando Benedetti. Su círculo más cercano. Ya en la tarima se sumó el resto del gabinete
“Trump ni siquiera sabe con claridad en dónde queda Colombia. Ni quién subió los cultivos de coca y quién los ha detenido”, cuestionó el presidente, ataviado con una camisa de fondo rojo en la que se lee “el pueblo es soberano. Asamblea nacional constituyente”. Y continuó: “El señor Trump ataca al líder colombiano que más se ha opuesto al narcotráfico sediento de poder político y de sangre en Colombia”.
Luego vinculó la decisión en Washington con la política colombiana. “En México y Brasil todos, desde los más ricos a los más pobres, cerraron filas alrededor de su presidenta y su presidente. Aquí pasó al revés, aquí fueron grupos de empresarios de mentiras y de políticos de mentiras a motivar que la extrema derecha norteamericana tomara sanciones sobre Colombia y sobre su presidente”. Y, sin mencionarlo, cargó contra el expresidente Uribe, líder de la derecha colombiana: “Su aliado es un expresidente que se crió entre la mafia del cártel de los Ochoa, de Pablo Escobar, que impulsó la legalización de las organizaciones armadas del narcotráfico”.
Más adelante señaló el que cree que es el fondo de la sanción. “Mi último discurso en Naciones Unidas hizo la diferencia ese día, y por eso me castigan”, dijo en alusión a su reciente intervención en la Asamblea General, en la que cargó contra Trump y propuso una fuerza especial “para detener el genocidio en Palestina”.
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