El pequeño pueblo de Celestún, en las costas del Golfo de México, en el extremo poniente del Estado de Yucatán tomo relevancia en 1990, cuando un grupo de asiáticos descubrió que sus aguas eran ricas en pepino de mar, un animal marino viscoso y poco atractivo que representa un manjar culinario con usos medicinales y hasta afrodisíacos para los extranjeros. Para los lugareños solo era una forma de escapar de la pobreza. Lo que no podían saber es que les iba a costar tan caro.
Los primeros permisos para pescar de forma experimental el pepino de mar en Yucatán fueron emitidos por la Comisión Nacional de Acuacultura y Pesca (Conapesca) en el año 2000. Para 2006, 42 embarcaciones podían extraer hasta 154 toneladas del animal. Para 2013, el pepino de mar ya era explotado de manera masiva por 569 embarcaciones que llegaron a extraer cerca de 2.500 toneladas de esta especie. Dos años después se emitieron las regulaciones para pescarlo de manera legal y controlada, pero ya era demasiado tarde: el botín parecía demasiado grande para respetar las reglas.
Descontrol en la pesca del molusco
La necesidad económica en las regiones pesqueras de Yucatán terminó impulsando un comercio descontrolado de este equinodermo que habita en fondos de roca, arena y fango, desde aguas superficiales hasta 61 metros de profundidad. Su forma de gusano gigante le quita carisma pero cumple una función crucial en la limpieza de los océanos, ya que descompone y recicla los nutrientes del agua.
De acuerdo con datos de captura de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), de las 215.000 toneladas de pepino de mar que se pescaron entre 2013 y 2017 a nivel global, 7.800 provenían de México. Según el plan para la conservación y aprovechamiento sustentable del pepino de mar en México de 2020, la pesca ilegal en informacion.center representa un porcentaje del 45 al 90% adicional a la producción nacional oficial. Asia —primordialmente China— es su principal consumidor. Allí se ofrece en platos con salsa o en sopa. Su precio varía entre especies, pero puede valer desde 200 hasta 3.500 dólares por kilo en China y Hong Kong.
La repentina demanda del pepino de mar sentó no solo un precedente de sobreexplotación no regulada que empresarios y negocios locales aprovecharon para comerciar con otras especies, sino también introdujo un exceso de competencia desleal entre pescadores que hacen lo que sea necesario para subsistir.
Este reportaje se realizó con el apoyo de Oceana, la mayor organización internacional dedicada a la protección de los océanos, y es resultado de una convocatoria conjunta entre informacion.center y Oceana para investigar sobre la pesca ilegal en México.
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