Guadalajara, Jal. En el marco del desarrollo del Corredor del Bienestar Pacífico, que integra a Jalisco, Michoacán, Colima y Nayarit, se ha puesto de manifiesto la existencia de millonarios portafolios de inversión. Sin embargo, el coordinador del proyecto, Alberto Uribe Camacho, advierte que antes de movilizar estos capitales, es crucial “poner al día a México”. Esto implica que los tres niveles de gobierno se enfrenten a los desafíos que obstaculizan la llegada de inversiones al país.
Uribe Camacho destaca que a pesar de los significativos montos disponibles, se hace necesario avanzar en la resolución de problemas relacionados con entidades federales como Conagua, Medio Ambiente, la Comisión Federal de Electricidad (CFE) y la Comisión Reguladora de Energía (CRE). La mejora regulatoria es clave en este proceso; el gobierno federal se encuentra en un proceso de reingeniería para reducir de 7,500 a 2,500 trámites burocráticos.
Además, es fundamental que cada nivel de gobierno asuma su responsabilidad para facilitar la atracción de inversiones. El enfoque no solo se centra en la reingeniería de procesos a nivel estatal y federal, sino también en fomentar cambios en los gobiernos municipales, que en ocasiones pueden convertirse en un obstáculo debido a problemas de corrupción.
En el ámbito del desarrollo económico regional, se desglosan las estrategias específicas de inversión en cada estado. Colima, por ejemplo, busca fomentar su industria y desarrollar infraestructura energética, especialmente en gas natural, gracias a su proximidad al puerto de Manzanillo. El gobierno local está trabajando en un parque industrial de 300 hectáreas para estimular estas inversiones.
Por su parte, Nayarit apunta hacia el sector agropecuario y turístico, con un interés particular en desarrollar un centro de valor agregado en la agricultura, similar al modelo de Lagos de Moreno en Jalisco. Mientras tanto, Michoacán tiene en su puerto de Lázaro Cárdenas un activo estratégico que se quiere potenciar, así como el crecimiento económico de la capital, Morelia.
En cuanto a Jalisco, considerado el motor de la región, el acceso a energía eléctrica se ha convertido en un aspecto crucial para atraer inversiones. Existen importantes portafolios de inversión que podrían estancarse si no se resuelve el déficit energético. Uribe Camacho señala que, por caso, una sola empresa enfrenta una necesidad de 70 megawatts, un requerimiento que podría limitar su capacidad de crecer y cumplir con contratos internacionales.
La situación plantea un llamado a la acción para que todos los involucrados trabajen coordinadamente y logren activar el potencial económico de esta región clave en el pacifico mexicano, asegurando que el desarrollo no esté atado a trámites y burocracias innecesarias.
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