La conmovedora y trágica historia de Georgia O’Connor, boxeadora británica de apenas 25 años, ha dejado una profunda huella en el mundo del deporte y más allá. Su única batalla perdida fue la de enfrentarse al cáncer, tras un desafortunado mal diagnóstico que le costó la vida. El 22 de mayo, su fallecimiento se dio a conocer, dejando consternados a amigos, familiares y fanáticos de este deporte.
Originaria de Reino Unido, O’Connor se destacó desde joven en el boxeo, acumulando un impresionante historial que la llevó a ser invicta en su corta carrera profesional con un récord de 3-0. Fue aclamada dentro de la comunidad del boxeo no solo por su talento y determinación, sino también por su valentía al compartir su lucha personal contra el cáncer. Sus logros incluyeron cinco campeonatos nacionales y medallas en los Juegos Juveniles de la Commonwealth, Campeonato Mundial Juvenil y Campeonato Europeo.
A través de las redes sociales de BOXXER, su promotora, se destacó el legado de O’Connor como una verdadera guerrera, quien enfrentó cada desafío con fortaleza. “Georgia fue amada, respetada y admirada por sus amigos aquí en BOXXER. Nuestros pensamientos están con sus seres queridos en este momento difícil”, afirmó la promotora.
En sus últimas semanas, O’Connor compartió su angustiante experiencia al lidiar con el diagnóstico de cáncer en etapa terminal. Ella creía que la falta de atención médica adecuada había contribuido a la rápida progresión de su enfermedad. Durante un sufrimiento incesante, asistió a varias urgencias, sintiéndose ignorada y desoída por los médicos que, inicialmente, atribuyeron sus síntomas a colitis ulcerosa. Fue solo después de insistentes pedidos que el diagnóstico de cáncer se escuchó, pero lamentablemente ya era demasiado tarde.
“Sentía que era cáncer. Conocía los riesgos”, había comentado en una de sus publicaciones, resaltando la frustración que experimentó cuando sus inquietudes no fueron tomadas en serio. Su historia es un recordatorio doloroso de la importancia de escuchar a los pacientes y de la empatía en el ámbito médico.
A inicios de 2025, O’Connor celebró su cumpleaños de manera muy emotiva, compartiendo que el año anterior había pasado por situaciones difíciles, un aborto espontáneo y su diagnóstico terminal. Mostró valentía al enfrentar estos desafíos y utilizó su plataforma para crear conciencia sobre su condición, afirmando: “A veces tengo que usar muletas o silla de ruedas para desplazarme, pero todavía me siento en la cima del mundo”.
Su deterioro físico, impulsado por su enfermedad, fue acompañándose de una drástica pérdida de peso y complicaciones como una sepsis que llevó a su hospitalización. En su última aparición pública, O’Connor se casó el 9 de mayo, rodeada de amor y apoyo en un momento crucial de su vida.
Georgia O’Connor dejó una marca indeleble en el boxeo y un poderoso legado de lucha contra el cáncer. Su historia resuena como un toque de atención para todos, resaltando la necesidad de atención médica diligente y compasiva, además de la importancia de la determinación y fortaleza ante la adversidad.
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