Luis Miguel está de vuelta. No es el Luis Miguel real, que protagonizó hace dos años los momentos más bochornosos de su carrera sobre las tablas, sino la mejor versión de sí mismo. La que ofrece la serie sobre su vida que produce Netflix bajo su propia supervisión. Los secretos del llamado Sol de México se desvelan de nuevo en una segunda temporada, una de las más esperadas en México y Latinoamérica, después de que el éxito de la primera lograra sobrevolar el debate de cualquier sobremesa y programa de televisión, sin que unas elecciones presidenciales en México y hasta un Mundial de fútbol, en 2018, le hicieran sombra. Una serie que destapaba la parte más oscura y mejor guardada de la vida del cantante mexicano, fenómeno musical de masas, que concentra en la imagen de un solo hombre las aspiraciones, miedos y deseos de millones de latinoamericanos. Este Luis Miguel regresa a los salones de las casas el próximo 18 de abril.
Netflix había anunciado hace un año su estreno en 2020. La pandemia retrasó las expectativas de los espectadores que le dieron un éxito sin precedentes a una serie que prometía más de lo que llegó a ofrecer al final de la primera temporada. Las grandes preguntas: ¿Qué sucedió con la madre de Luis Miguel, Marcela Basteri? Y, ¿quién la mató? Siguen siendo un misterio que puede que no se resuelva en esta nueva entrega, pero desde luego, los capítulos que siguen continuarán alimentando el atractivo por la vida íntima del ídolo.
El cantante aprovechó el boom de esta serie hace tres años para lanzar una gira por México, España y Estados Unidos. Un trampolín perfecto, llegaron a comentar muchos críticos, para un artista en la cuerda floja —demandas millonarias y cancelaciones de conciertos—. Esta vez, ante la crisis sanitaria derivada de la pandemia, el artista no ha anunciado ningún evento, y será solo la imagen del mejor Luis Miguel la que se proyecte para sus fans, y otros tantos curiosos.
La plataforma de series y película no ha dado ninguna pista, por el momento, de qué temas tratará esta segunda temporada. Aunque según la época en la que se enmarcan los capítulos que siguen, corresponde al momento más estelar de su carrera. La periodista Martha Figueroa, autora de la biografía Micky, un tributo diferente (Aguilar, 2010) y quien ha seguido al cantante desde hace más de 25 años, explica los momentos clave de esos años: “Estamos hablando del dueto con Frank Sinatra, el récord de conciertos seguidos en el Auditorio Nacional de México, las temporadas exitosísimas en Las Vegas, en Argentina y en España”, cuenta.
Además, esta etapa choca de frente con el inicio del declive: “Tras la muerte de Hugo López [su mánager, que aparece en la primera temporada], que era más que un representante, era su guía, siguieron los conflictos con otros de sus colaboradores, broncas en tribunales… Aquí comienza la inestabilidad en su carrera”, añade Figueroa. Mientras Luis Miguel crecía imparable hacia el éxito internacional, fueron conocidos algunos de sus más polémicos romances, como el que mantuvo con la cantante estadounidense Mariah Carey y su relación con la actriz Aracely Arámbula, con la que tuvo dos hijos. “Aunque esta parte no sé si aparecerá, porque tengo entendido que los abogados no habían llegado a un acuerdo sobre los derechos”, apunta la periodista. Y sobre todo, aquí nace el Luis Miguel más inaccesible, el mito: “Es la época en la que nadie se podía acercar a él y se separó de la prensa y del público”.
La vida de Luis Miguel ha ido siempre acompañada del vaivén político y económico de México. El cantante creció en la casa de cualquier mexicano desde principios de los ochenta y todavía no se ha ido. Desde las más humildes hasta las más ricas. Y hay pocas cosas en México que hayan unido más que El Sol. En una sociedad tremendamente desigual representaba lo que todos querían ser: un triunfador. A más de una generación la ha acompañado durante décadas a través de sus canciones, pero también de sus escándalos. La nueva novia de Luis Miguel se convertía en un debate nacional, también su vida de lujos y yates, sus problemas con el alcohol, el abandono de los escenarios, las demandas millonarias. Como dijo él mismo en un anuncio de la primera temporada, pocos conocían la verdad de aquella historia.
La primera temporada destapó al villano que se convirtió en el enemigo público de México: Luis Rey, su padre. El personaje más odiado, pero también el más respetado por una interpretación única del actor español Óscar Jaenada, se despedía en el último episodio y el más trágico de la temporada y con él se esfumaba también uno de los pilares de la serie. Un papel que había conseguido seducir a los espectadores hasta tal punto de que en cada rincón de México imitaran su acento gaditano y su “coño, Mickey”.
—¿Dónde está mi mamá?
—Se fue, Mickey. Se fue…
El artista había prometido contar “la única verdad” sobre su vida privada. “¿Por qué me niegas algo que yo sé que tú sabes?, ¿sabes el daño que me hace esto a mí?”, le decía el actor Diego Boneta, que encarna a Luis Miguel en la serie, a su padre en la ficción. Pero el último capítulo no desveló el paradero de Marcela, para descontento de millones de espectadores que esperaron hasta ese momento para conocer la verdad.
En uno de los anuncios promocionales de la nueva temporada se observa un eclipse solar y un mensaje: “Cuanto más brilla el sol, más oscuras son las sombras”. En primavera, unos meses antes de las próximas elecciones mexicanas, en las que se renueva la Cámara de Diputados, se eligen 15 gobernadores y otros 2.000 cargos, Luis Miguel y los misterios sobre su vida volverán a marcar otro debate público nacional.
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