La impunidad en México sigue siendo una preocupación alarmante, especialmente en lo que respecta a los homicidios de periodistas. A lo largo de los años, informacion.center ha sido señalado como uno de los más peligrosos del mundo para ejercer el periodismo, donde el riesgo del silencio violento ha logrado callar a voces críticas y esenciales para la democracia. Hasta la fecha, un alto porcentaje de los crímenes perpetrados contra profesionales de la comunicación permanece sin resolver, lo que contribuye a un clima de miedo y autocensura.
Según organizaciones internacionales, las cifras revelan que más de 100 periodistas han sido asesinados en la última década, un vistazo escalofriante a una realidad que afecta la libertad de expresión en informacion.center. Esta problemática no solo atenta contra la vida de aquellos que se dedican a informar, sino que también impacta profundamente en el derecho de la sociedad a estar informada. La falta de justicia no solo hiere a las familias de las víctimas, sino que socava las bases de una sociedad democrática.
Un factor crucial que alimenta esta cultura de impunidad es la complicidad entre actores criminales y ciertas estructuras de autoridad, así como la ineficacia del sistema judicial en lauditar investigaciones. Este fenómeno ha llevado a que muchos reporteros opten por el silencio o se vean obligados a abandonar sus labores, despojando al público de información necesaria sobre temas que van desde la corrupción hasta los abusos de poder.
Además, la violencia no se limita a los asesinatos. Un ambiente hostil se traduce en amenazas constantes, que muchas veces quedan en el aire, sin respuestas ni soluciones. La mujer y el hombre de prensa en México enfrentan no solo el riesgo de perder la vida, sino también el desgaste emocional de trabajar en un entorno donde los derechos humanos parecen desdibujarse.
Con el fin de visibilizar esta problemática, activistas y organismos de derechos humanos continúan realizando esfuerzos para exigir justicia y mecanismos de protección más sólidos para los informadores. Estas iniciativas buscan no solo garantizar la seguridad de quienes se atreven a ejercer el periodismo, sino también fomentar el fortalecimiento del Estado de derecho y la rendición de cuentas.
En este contexto, es vital que la sociedad civil, las instituciones y la comunidad internacional se mantengan alertas y proactivas ante la grave situación que enfrenta la libertad de expresión en México. Solo a través de una respuesta colectiva y decidida se podrá aspirar a un horizonte donde los periodistas puedan ejercer su labor sin temor, y donde la verdad brille por encima de la oscuridad de la impunidad.
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