Las recientes acusaciones de los Estados Unidos contra las instituciones financieras mexicanas por su presunta implicación en el lavado de dinero vinculado al crimen organizado han generado oleadas de repercusiones en la esfera política y diplomática de México. Claudia Sheinbaum, en un contexto de creciente incertidumbre en la relación bilateral con la Casa Blanca, ha decidido cancelar su participación en la próxima Cumbre de los BRICS. Esta decisión apunta a distanciarse de un foro que genera recelo en Washington, mientras que la jefa de Estado prepara el viaje de Edgar Amador, secretario de Hacienda, a Estados Unidos con el objetivo de atenuar las tensiones.
Amador se alista para viajar a Washington, un movimiento que intenta calmar las fricciones que han surgido en la relación bilateral y que también han alimentado desconfianzas internas en la 4T, especialmente entre los sectores más críticos de Morena hacia su actuación. En lugar de Sheinbaum, la representación mexicana en la cumbre recaerá en su secretario de Relaciones Exteriores, Juan Ramón de la Fuente, quien ayer mantuvo una conversación telefónica con el senador estadounidense Marco Rubio. En dicha conversación, ambos acordaron que un grupo de trabajo se reunirá en Washington para abordar temas cruciales de seguridad, migración y comercio, con la esperanza de que la presencia de Amador contribuya a desatascar el conflicto que afecta a las instituciones bancarias de México.
Es importante notar que esta tensión no surge en un vacío. También persiste un trasfondo complejo originado por el conflicto armado que Estados Unidos, en colaboración con Israel, ha mantenido contra Irán. Desde el año pasado, Irán se ha integrado al grupo de los BRICS, un hecho que la administración estadounidense sigue de cerca debido al creciente protagonismo de naciones como China y Rusia en dicho foro. La reciente inclusión de Teherán en este contexto añade una capa más a las relaciones internacionales, siendo un rival histórico de la política exterior estadounidense.
El gobierno mexicano, por su parte, busca establecer un acercamiento con la Casa Blanca, distanciándose de potencias cuya relación con Estados Unidos es tensa. Por ejemplo, la ministra de Turismo, Josefina Rodríguez Zamora, mantuvo un encuentro con su homólogo cubano, un gesto que no tuvo mucho eco en las discusiones políticas locales ni en el ámbito mediático, pero que indica una tendencia a suavizar vínculos con naciones conflictivas.
De esta manera, el Ejecutivo federal intenta proyectar una imagen de neutralidad y cooperación, enfatizando la importancia de mantener una relación bilateral basada en el respeto mutuo y la soberanía. Mientras se esperan los resultados del viaje de Amador a Estados Unidos, Sheinbaum permanecerá en el Palacio Nacional, anticipando el impacto que este esfuerzo diplomático tendrá en la complicada dinámica entre México y su vecino del norte.
Esta nota contiene información de varias fuentes en cooperación con dichos medios de comunicación




























