El trabajo que las empresas de exploración y extracción de petróleo y gas llevan a cabo en el territorio nacional tiene una dimensión social de gran importancia para México. Las empresas asociadas en AMEXHI tienen la visión de contribuir en el desarrollo de largo plazo de las comunidades con las que interactúa y de generar una derrama de bienestar.
En nuestro país, principalmente a partir de la firma de los contratos petroleros derivados de las rondas de licitación organizadas por la Comisión Nacional de Hidrocarburos que permitieron la operación de compañías privadas nacionales e internacionales en el ámbito de la energía, se empezaron a desarrollar las actividades industriales de privados y el trabajo comunitario que debe acompañarlas. El objetivo es que los beneficios de la actividad petrolera lleguen directamente a la población y contribuyan a la atención de los aspectos prioritarios para el desarrollo regional.
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Desde la suscripción de cada contrato, el Estado comenzó a recibir ingresos e información del subsuelo, además de los beneficios de la inversión y el desarrollo de infraestructura asociados a la perforación de pozos.
La industria ha invertido casi 16 mil millones de dólares y tiene el potencial para invertir más de 41 mil millones de dólares durante los próximos años. Esta inversión ha generado beneficios tangibles tales como 14,150 empleos directos (promedio anual del 2020), inversiones en fortalecimiento de proveedores nacionales por 2,550 millones de dólares al 2020, ingresos para el Estado de alrededor de 5,200 millones de dólares al 2020, 10 descubrimientos de hidrocarburos entre 2017 y 2020 que van a contrarrestar el declive de los yacimientos que producen actualmente y el incremento de las reservas de hidrocarburos de la Nación 1P, 2P y 3P en 29%, 43% y 39% respectivamente por parte de contratos tan solo del 2019 al 2020, lo cual no solo fortalece la soberanía y la seguridad energética de México, sino que también ayuda a la economía del país.
En relación con la inversión social, ya se comienzan a percibir estos beneficios a nivel local, independientemente de si los contratos petroleros se encuentran en etapas exploratorias o de desarrollo y de si han tenido éxito comercial o no.
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Los programas comunitarios que lleva a cabo la industria de petróleo y gas en México son bidireccionales. Es decir, son implementados por las empresas, pero se nutren de la participación ciudadana y gubernamental, desde la generación de los diagnósticos hasta la solución de las necesidades. La visión que prevalece en la industria es potenciar las capacidades existentes a nivel local y generar dinámicas productivas que ofrezcan mejores condiciones de vida a la población en su zona de influencia.
La industria de los hidrocarburos trabaja en el ámbito social en por lo menos 120 comunidades. Las empresas asociadas en AMEXHI tienen programas dirigidos a mejorar la educación, impulsar el empleo y a los emprendedores de las economías locales, proyectos de protección a la biodiversidad, prevención de la violencia, promoción de la cultura, entre otros.
En el caso concreto de los programas de salud, la industria ha dirigido sus esfuerzos a la atención de la COVID-19. Durante la pandemia, empresas petroleras apoyaron al IMSS y a las secretarías de salud locales con insumos de protección personal o equipo médico. También se implementaron estrategias de apoyo a través de organizaciones de asistencia como la Cruz Roja o asociaciones que trabajan en comunidades vulnerables.
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La licencia social es uno de los elementos que determinará el éxito de la industria de los hidrocarburos. Por ello, a la par de las operaciones, la industria de los hidrocarburos seguirá trabajando cerca de la gente siendo partícipes del cambio.
Tenemos la convicción de que es el pueblo el principal agente de cambio. Queremos que México alcance todo su potencial y que se siga beneficiando por muchos años más de lo que podemos hacer juntos -sociedad, gobierno e industria- de LA ENERGÍA DE UN PUEBLO.
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