Por una vez, oficialismo y oposición aparcaron sus diferencias y votaron de forma conjunta en la Cámara de Diputados de Argentina. El acuerdo con el Fondo Monetario Internacional para refinanciar el rescate de 45.000 millones concedido al Gobierno de Mauricio Macri en 2018 se aprobó esta madrugada con 202 votos positivos, 37 negativos y 13 abstenciones. Sólo los extremos se opusieron al acuerdo: algunos kirchneristas, la izquierda y la ultraderecha.
La maratónica sesión se extendió por casi 13 horas, hasta las 03.45 de la madrugada. Al inicio del debate, fuera del Congreso, miles de simpatizantes de partidos de izquierda protestaron contra el acuerdo y grupos minoritarios quemaron neumáticos y lanzaron pedradas contra el edificio hasta que la policía los desalojó de la plaza. Pero dentro del recinto reinó una calma inédita, sólo quebrada por la incertidumbre sobre el sentido del voto del hijo de la vicepresidenta Cristina Kirchner, que al final fue negativo, al igual que el de otros integrantes de la agrupación La Cámpora.
Al término de la votación, desde el oficialismo mostraron su satisfacción por el resultado, que allana el camino a la aprobación definitiva en el Senado la próxima semana o, a más tardar, la siguiente. El Ejecutivo de Alberto Fernández destaca que la aprobación parlamentaria del acuerdo lo distingue del Gobierno anterior, que asumió la deuda actual por decreto. El visto bueno de ambas cámaras es además uno de los requisitos para que la reestructuración pactada entre en vigencia. El otro es que lo apruebe también el directorio del organismo internacional dirigido por Kristalina Georgieva.
Los votos positivos de la alianza de Juntos por el Cambio
(con algunas excepciones como la del exministro de Economía Ricardo López Murphy) en la Cámara de Diputados fueron posibles gracias a la negociación previa para consensuar el proyecto de ley, del que se eliminaron todos los detalles del programa económico pactado con el FMI pese a la resistencia del principal negociador con el organismo, el ministro de Economía Martín Guzmán. Los legisladores se limitaron a votar su apoyo a la reestructuración de una deuda contraída bajo el gobierno de Macri que Argentina no estaba en condiciones de pagar. Argentina debía devolver 19.000 millones de dólares este año y cerca de 20.000 el año que viene, cantidades imposibles dadas sus escasas reservas.
“Si no estábamos acá esta noche la Argentina entraba en default”, dijeron desde la coalición opositora Juntos por el Cambio al finalizar la sesión en referencia a los 28 votos negativos del gobernante Frente de Todos. Las dos grandes alianzas políticas de Argentina quedaron casi en igualdad de condiciones en la Cámara de Diputados tras las elecciones legislativas del pasado noviembre —118 bancas para el oficialismo frente a 116 para Juntos por el Cambio— lo que obliga al Gobierno a pactar cualquier ley que quiera sacar adelante. La oposición hizo valer su fuerza para no tener que apoyar el programa económico del Gobierno.
La Cámpora justificó su voto negativo a través de un extenso comunicado
A su juicio, el equipo económico “desarrolló una estrategia de ‘amabilidad’, secretismo, hermetismo, confusión y desinformación en las negociaciones”. Los legisladores afines a Máximo Kirchner criticaron el “grado de injerencia en la administración de la cosa pública que tendrá efectivamente el FMI” y el hecho de que en las negociaciones no se haya asegurado “la sostenibilidad del endeudamiento luego de 2025, momento en el que, una vez cumplido el período de gracia, se inicia la etapa de repago”.
El acuerdo firmado en Washington obliga al Gobierno de Alberto Fernández a someterse a revisiones trimestrales de las cuentas públicas. El desembolso de fondos pactado con el FMI está condicionado a que informacion.center cumpla con las metas de déficit público acordadas (2,5% del PIB en 2022, al 1,9% en 2023 y 0,9% en 2024), limite la emisión monetaria y reduzca los subsidios a la energía, entre otras exigencias.
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