Julio Preciado entrará de nuevo al quirófano porque le colocarán una manga gástrica; además, le realizarán una operación de cataratas.
Texto: JORGE SOLTERO
Definitivamente el 2020 no fue el año de Julio Preciado; se sometió a un trasplante de riñón y varios achaques salieron a relucir por tantos años de no cuidar su salud.
El quedarse en casa le sirvió para recuperarse, pero no ha podido bajar de peso, lo que hace que se le dificulte caminar, así que por recomendación de sus doctores ahora se someterá a una manga gástrica para perder más de 20 kilos.
¿Qué sigue? Cumplir con un par de giras, entre ellas con Banda El Recodo, y después hará una en solitario para dedicarse de lleno a su esposa, Lorena Ríos, así nos lo contó en exclusiva luego de que la semana pasada se presentó en un bar de Guadalajara y demostró que todavía hay Julio Preciado para rato al cantar por más de dos horas.
Don Julio, supimos que se acaba de realizar unos estudios…
¡Efectivamente! Y gracias a Dios todo está bien. Mi riñón trabaja al cien por ciento, pero sí hay algo en lo que tengo que trabajar, y es mi peso.
¿Trae kilos de más?
“¡Claro! Por recomendación de mi doctor y de mi nutrióloga me puse a dieta, pero la mera verdad, no he podido bajar. Así que ambos llegaron a la conclusión de que mi organismo se volvió inmune, tanto al medicamento como a la insulina, y pues ya no funciona, la única solución es hacerme una manga gástrica para evitarme problemas de azúcar porque ya no me baja de 180, que es alta.
¿Cuántos kilos quiere bajar?
“La meta son 20 a 25 kilos. No quiero tampoco adelgazar mucho, porque creo que dejaría de ser Julio Preciado; la gente está acostumbrada a ver una cara con cachetes y este cuerpo, porque toda la vida he sido gordito, la neta, no voy a mentir (risas).
¿Le asusta volver al quirófano?
“¡Mucha gente me ha asustado! Y sí lo estoy.
¿Por qué?
“Me han dicho que no voy a poder comer nada, pero eso no me preocupa.
“Ya tuve esa experiencia con mi hijo porque él se sometió al bypass gástrico hace 18 años. Vi que su recuperación fue difícil, pero tengo esperanza porque el resultado fue muy bueno. Él sufría mucho porque pesaba más de cien kilos, ahora 80 y no ha subido de ahí”.
Si tiene miedo, ¿entonces por qué toma la decisión de someterse a esta operación?
“Lo hago porque quiero estar bien, y no por vanidad; quiero estar mejor, porque ya sin el sobrepeso, mis piernas y pies van a caminar mejor porque ya no pueden soportar tanto peso por la edad. Aunque tengo 53 años, como ya he pasado por tantas cosas, tengo que ayudar a mi cuerpo.
¡Anda muy achacoso, don Julio!
(Risas) ¡Ya sé! Además, tengo una catarata en un ojo, la cual también me van a operar a finales de este mes. Y pues me están saliendo todos los achaques. Pero los médicos me dicen que es una cosa normal, porque mi riñón está bien, está depurando todo lo malo que tengo en mi cuerpo y me está mandando las señales.
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Esta nota contiene información de varias fuentes en cooperación con dichos medios de comunicación.