En un avance significativo hacia la justicia energética, Jalisco se posiciona como pionero en México al desarrollar un índice de pobreza energética. Este nuevo sistema busca evaluar las necesidades energéticas de los ciudadanos, asegurando que todos los jaliscienses tengan acceso a la energía. Manuel Herrera Vega, titular de la Secretaría de Desarrollo Energético y Sustentable (SEDES), explicó que este índice no solo ayudará a identificar las áreas con mayores carencias, sino que también permitirá implementar políticas públicas efectivas para abordar la problemática.
El proyecto, que se espera esté listo este mismo año, se lleva a cabo en colaboración con el ITESO y la Universidad de Guadalajara, además de contar con la participación de empresas e investigadores especializados. Con este enfoque, Jalisco se suma a las iniciativas de los países desarrollados, donde se mide la pobreza energética como un indicador clave para el bienestar social.
Actualmente, la SEDES ha identificado alrededor de 40,000 viviendas en la entidad que carecen de acceso completo a servicios energéticos. Ante esta situación, las estrategias varían desde la instalación de redes eléctricas en áreas donde sea viable, hasta la implementación de sistemas aislados en regiones rurales más difíciles de alcanzar. Por ejemplo, se contempla la entrega de paneles solares y baterías a familias que no pueden acceder a la red eléctrica tradicional, lo que representa una solución innovadora y accesible para asegurar su suministro energético.
Además de abordar la pobreza energética, la dependencia también tiene como objetivo garantizar la suficiencia de energía limpia para la industria. En un contexto donde las empresas buscan cada vez más un entorno favorable para establecerse, el acceso a energía y agua se ha convertido en un factor primordial. Herrera Vega destacó que un estudio de Mckinsey reveló que el 70% de los inversionistas priorizan el acceso a energía al considerar nuevas ubicaciones para sus negocios.
Este cambio en las demandas de los inversionistas también refleja una tendencia hacia la sostenibilidad, ya que ahora se requiere un mínimo de energía renovable en las operaciones comerciales. En México, la ley establece que al menos el 30% de la energía consumida por las empresas debe ser de fuentes renovables. De este modo, para Jalisco, asegurar el acceso a energía limpia no solo es un reto, sino una oportunidad para seguir atrayendo inversiones y promoviendo un desarrollo económico sostenible.
Con la implementación de estas políticas y el lanzamiento del índice de pobreza energética, Jalisco se perfila como un modelo a seguir en el manejo y distribución de recursos energéticos, trabajando para cerrar las brechas de desigualdad y creando un futuro más equitativo para todos sus habitantes. Este avance marca un paso importante no solo para el estado, sino también en el ámbito nacional, destacando la urgencia de repensar la seguridad energética y su papel en el desarrollo integral de la población.
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