Durante la pandemia de Covid-19 se incrementó el consumo de sustancias adictivas como drogas lícitas, drogas ilícitas y medicamentos entre la población adulta mayor, incluso con un ritmo más acelerado al registrado entre las juventudes, advierte el Informe 2020 de la Junta Internacional de Fiscalización de Estupefacientes (JIFE) de la Organizaciòn de las Naciones Unidas
A pesar de que los datos sobre este fenómeno son escasos, el documento indica que el aumento en el consumo entre adultos mayores parece ser más pronunciado en los países de alto ingreso.
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Raúl Martín del Campo, miembro de la JIFE, explicó que los problemas de consumo de sustancias se agravan en este sector de la población, ante el uso de algún tipo de medicamento controlado para la atención de diversos padecimientos.
“También tenemos los fenómenos de la polifarmacia (uso de varios medicamentos al mismo tiempo), en donde se conjuntan problemas de salud física, con problemas de salud mental, que llevan a que los adultos mayores puedan abusar de medicamentos de prescripción, ya sea para el dolor o para atender algunas de las afecciones mentales”, indicó.
Es por eso que llamó a las autoridades sanitarias de todos los países a reconocer tal realidad y a no dejar abandonado a este grupo demográfico, que enfrenta desafíos relacionados con la edad como el aislamiento y las limitaciones físicas.
Por su parte, Carmen Fernández Cáceres, directora de los Centros de Integración Juvenil, explicó que en estos espacios ya se atiende a población adulta mayor ante el incremento en el consumo de alcohol, tabaco, mariguana, cocaína y benzodiacepinas.
La especialista indicó que este sector se ha visto afectado por demasiadas pérdidas durante el último año y, en muchos casos, por el abandono de sus familias.
“Un 40 por ciento son pensionados, muchos han perdido el empleo. En la pandemia hasta 75 por ciento se han visto afectados en su empleo, pero también tienen que trabajar muchos de ellos porque no tienen quien los cuide y quien los mantenga… sufren de violencia o de abandono o de poco cuidado por parte de los familiares, además de los trastornos mentales de deterioro cognitivo”, explicó.
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