La Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) se encuentra en la fase de implementación de nuevas medidas orientadas a la amortización de la deuda financiera de Petróleos Mexicanos (Pemex). Esta estrategia sigue el camino de una exitosa serie de acciones destinadas a disminuir el costo financiero que enfrenta la empresa.
Durante su comparecencia ante el Congreso, María del Carmen Bonilla, quien ha sido propuesta para ocupar la Subsecretaría de Hacienda, subrayó que Pemex se considera “viable” gracias a las récente decisiones adoptadas en colaboración con la Secretaría de Energía (Sener) y la misma empresa. La transformación de Pemex a una entidad pública ha permitido no solo la integración vertical, sino también la ejecución de medidas financieras clave. Entre estas se encuentran la colocación de notas precalificadas, que buscan optimizar el costo de la deuda, y la colaboración con Banobras, la cual facilitará inversiones cruciales para fortalecer la producción de hidrocarburos.
Mientras se discutía su ratificación ante los legisladores, Bonilla comunicó que se prevé una tercera medida que se relaciona con las amortizaciones de la deuda en el ámbito de mercado. Sin embargo, se abstuvo de ofrecer detalles adicionales en esta ocasión, aunque dejó claro que con estas iniciativas se busca promover el desendeudamiento de Pemex.
En su intervención, la funcionaria también abordó las inquietudes legislativas sobre las metas de crecimiento y la reducción del déficit propuestas para este ejercicio, así como los desafíos que se prevén para las proyecciones en 2026. Bonilla reconoció que la dependencia se enfrenta a dos escenarios que dificultan establecer un pronóstico claro sobre el crecimiento del PIB y el manejo de la deuda, por lo que se mantendrán estimaciones dentro de rangos.
Uno de los escenarios críticos es el potencial incremento de la inflación en Estados Unidos, consecuencia de cuestiones arancelarias, lo que podría llevar a la Reserva Federal a no reducir las tasas de interés. Si la política monetaria continúa siendo restrictiva, se corre el riesgo de que tanto los flujos de inversión como los comerciales se vean afectados, alterando el círculo virtuoso de compras entre el gobierno, las familias y las empresas.
El segundo escenario involucra una combinación de inflación con una desaceleración en diferentes sectores, como el de servicios y manufacturas, resultado de la incertidumbre que detiene las inversiones. Aun así, Bonilla intentó brindar un mensaje tranquilizador, afirmando que las finanzas públicas cuentan con mecanismos de ajuste ante posibles variaciones en tasas de interés, inflación o tipo de cambio.
También destacó que se dispone de cobertura petrolera y fondos de estabilización, como el Fondo de Estabilización de Ingresos Presupuestarios (FEIP), que cuenta con 107 mil millones de pesos, destinados a mitigar desviaciones en situaciones extremas. Adicionalmente, se tienen coberturas ante la volatilidad de tasas de interés y tipo de cambio.
La funcionaria señaló que, aunque las proyecciones se encuentren por encima de las estimaciones de algunos analistas, un pronóstico de crecimiento del 0.7% podría ser un buen indicativo para futuras expectativas. De este modo, se seguirán considerando estos escenarios a la hora de formular un paquete económico prudente y consistente.
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