El pacto entre los partidos de izquierda de Francia para concurrir juntos a las elecciones legislativas de junio comienza a tomar forma: los ecologistas han confirmado este lunes que han cerrado un acuerdo con la izquierdista Francia Insumisa de Jean-Luc Mélenchon tras días de intensas negociaciones y múltiples trabas. Poco después del anuncio del acuerdo “histórico”, según las dos partes, los comunistas aseguraban que también estaban a punto de unirse mientras los socialistas, pese a sus intensas divisiones internas, reanudaban las negociaciones.
Estas podrían durar de nuevo toda la jornada del lunes y hasta la madrugada con un objetivo declarado: poder anunciar el primer gran pacto de la izquierda en años, este 3 de mayo. La fecha sería altamente simbólica, ya que conmemora la victoria, en 1936, de las fuerzas de izquierda reunidas bajo el nombre de Frente Popular en las legislativas que le dieron la llave al poder con la elección del socialista Léon Blum como jefe del Gobierno. Justo 86 años después, es Mélenchon, líder de la izquierda radical, el que busca la mayoría parlamentaria con el apoyo de las otras fuerzas de izquierda para conseguir ser nombrado primer ministro y ejercer así de contrapeso de Emmanuel Macron, recién reelegido presidente, en lo que sería el primer Gobierno de cohabitación desde 2002.
La plataforma de izquierdas ya tiene nombre: Nueva unión popular ecológica y social (NUPES). El acuerdo “histórico”, según mélenchonistas y ecologistas, fue cerrado durante la madrugada, después del ultimátum velado que dio Mélenchon en la manifestación del 1 de mayo, cuando dijo que no estaba dispuesto a prestarse a una “comedia interminable” de negociaciones.
Con casi el 22% de los votos logrados en la primera vuelta de las presidenciales, muy por delante de las demás formaciones de izquierda, el líder de Francia Insumisa es el núcleo en torno al cual se realizan las discusiones con las otras formaciones de izquierda para presentar un frente común y lograr una mayoría en la Asamblea Nacional de 577 escaños e impedir así que “Macron continúe su política injusta y brutal” y, también, “vencer a la extrema derecha”, según el comunicado emitido por los ecologistas.
Salario mínimo de 1.400 euros y jubilación a los 60 años
Para ello, los verdes asumen del programa mélenchonista la demanda de subir el salario mínimo a 1.400 euros netos, el retorno a la jubilación a los 60 años (hasta ahora mantenían los 62 actuales) y el “bloqueo de precios de productos de primera necesidad”, entre otros. También se dicen “favorables” a la instauración de la VI República, punto programático clave de Mélenchon, para “acabar con el presidencialismo e introducir derechos nuevos, especialmente el referéndum de iniciativa ciudadana”.
Aunque el pacto de la izquierda busca sobre todo adquirir fuerza en política interior, uno de los principales compromisos se ha dado en materia europea, que era uno de los mayores puntos de fricción entre un partido que proclama el europeísmo desde su nombre (Europa-Ecología Los Verdes, EELV) y los mélenchonistas, más euroescépticos y que promueven la “desobediencia” de los tratados europeos.
“País fundador de la Unión Europea, Francia no puede tener como política ni la salida de la Unión, ni su desintegración, ni el fin de la moneda única”, subrayan los ecologistas en su comunicado. No obstante, agregan, “si bien algunas reglas europeas son un punto de apoyo (protección de los consumidores, normas medioambientales…), muchas otras están desfasadas o incluso en contradicción con los imperativos de emergencia ecológica y social”, señalan. Por ello, se declaran “dispuestos a desobedecer ciertas reglas europeas (en particular económicas y presupuestarias, como el pacto de estabilidad y de crecimiento, el derecho de competencia, orientaciones productivistas y neoliberales de la Política Agrícola Común, etc.)”.
Justifican este cambio de postura —hasta hace unos días, el secretario nacional de EELV, Julien Bayou, decía que un cuestionamiento europeo se haría sin ellos— alegando que no serán “ni los primeros ni los últimos” en cuestionar algunos principios europeos, y citan a España en materia de precios de energía, a Alemania en torno a la competencia de las empresas de agua potable o a Portugal sobre aspectos económicos y presupuestarios.
“Somos proeuropeos, federalistas, ahí no hay ambigüedad alguna”, aseveró Bayou el lunes en la emisora BFM TV. “¿Estamos satisfechos del funcionamiento actual de Europa? La respuesta es no. ¿Queremos reorientar Europa? La respuesta es sí” porque “el statu quo en Europa es un problema”, explicó el autor de un libro titulado, precisamente, Desobedezcamos para salvar Europa.
La postura frente a Europa ha sido uno de los principales puntos de desencuentro también entre mélenchonistas y socialistas. La formación ha llevado al borde de la implosión las negociaciones, desde que comenzaron la semana pasada, por el rechazo firme de una pequeña pero influyente minoría del partido a cerrar un pacto con la izquierda radical.
Las conversaciones con los comunistas están previstas para la media tarde. En declaraciones a la emisora France Inter, el candidato presidencial comunista, Fabien Roussel, se manifestó optimista de cara a un pacto inminente, para el cual se dijo dispuesto a “dejar de lado” la cuestión de la energía nuclear que él apoyó durante la campaña electoral, alejándose de la postura de la mayor parte de la izquierda.
“Veo a la extrema derecha dividida, veo a En Marcha [el partido de Macron], a la derecha dividida. Nosotros tenemos la posibilidad de unirnos en un programa ambicioso”, declaró Roussel, para quien la fecha del 3 de mayo sería la guinda del pastel. “El aniversario del Frente Popular es simbólico y estaría feliz de poder firmar esta tarde o en las horas que vienen para festejar ese bonito aniversario”.
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