El fenómeno del nearshoring ha ganado un protagonismo significativo en el panorama económico actual, especialmente en América Latina. Este enfoque, que consiste en trasladar la producción y los servicios más cerca de los mercados de consumo, ha sido impulsado por varios factores, entre ellos, la globalización, la creciente necesidad de cadenas de suministro más resilientes y la búsqueda de reducir costos logísticos.
Sin embargo, a pesar de su potencial, el nearshoring enfrenta desafíos importantes, especialmente en términos de infraestructura y políticas comerciales. En países como México, que se ha convertido en un destino atractivo para las empresas que buscan establecer operaciones más cercanas a los Estados Unidos, los problemas relacionados con la infraestructura son notables. La calidad y el estado de las carreteras, puertos y sistemas de transporte son críticos para atraer inversiones extranjeras y facilitar el movimiento de mercancías.
Adicionalmente, las políticas comerciales actuales también juegan un papel clave en el éxito del nearshoring. La incertidumbre en la regulación y cambios en las políticas fiscales pueden afectar la decisión de las empresas de reubicar sus operaciones. En este contexto, es esencial que los gobiernos de la región implementen marcos regulatorios claros y favorables, que no solo incentiven a las empresas a establecerse en la región, sino que también aseguren un entorno estable y predecible para las inversiones.
Más allá de la infraestructura física y las políticas comerciales, la competitividad de la mano de obra en los países cercanos a Estados Unidos también es un aspecto vital. La capacitación y el desarrollo de habilidades en el workforce serán determinantes para que estos países puedan captar la inversión deseada y competir efectivamente con otras naciones que buscan beneficiarse del fenómeno del nearshoring.
En términos geopolíticos, la actual reconfiguración de cadenas de suministro a nivel global refuerza la importancia del nearshoring no solo como una estrategia empresarial, sino también como una respuesta a las tensiones comerciales y políticas vigentes. Las sólidas relaciones comerciales que algunos países han construido en la última década les otorgan una ventaja competitiva en este nuevo capítulo de la economía global.
Por lo tanto, con el nearshoring en el centro de atención, es crucial que las naciones de América Latina, y en particular México, se alineen estratégicamente para maximizar los beneficios de esta tendencia emergente. La colaboración entre el sector público y privado, el fomento de la inversión en infraestructura y la creación de políticas que respalden este tipo de operaciones serán los pilares para lograr un crecimiento sostenido y atractivo para futuros inversores. Así, el nearshoring no solo podría transformar la economía regional, sino también ofrecer oportunidades significativas en un mundo cada vez más interconectado.
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