Más de diez líderes de vendedores ambulantes están peleando la titularidad del control de la zona entre el Palacio de Bellas Artes y la Alameda, una de las zonas más turísticas de la Ciudad de México. En el lugar, se han registrado enfrentamientos violentos entre los comerciantes que buscan ganarse un lugar de venta y los otros que ya llevan años vendiendo en esos sitios.
Todo comenzó cuando el Gobierno de la Ciudad de México decidió retirar a los comerciantes informales que se encontraban en lugar para mejorar su imagen y la seguridad en la zona, esto sucedió en el 2019. Sin embargo, el área pronto se llenó de nuevos vendedores que se instalaron sin autorización. Es entonces cuando surge el conflicto entre los antiguos comerciantes y los que por cuenta propia encontraron un lugar donde vender sus productos.
Según el dictamen del derecho a la propiedad, los reformistas de la época buscaban evitar la invasión y la expropiación de los sitios vinculados al patrimonio cultural de México y respetar su derecho a un uso y disfrute de un lugar público sin intervenciones de terceros. Desde entonces, el sitio de la Alameda y Bellas Artes se ha considerado un área monumental y punto de referencia turístico que requiere de su conservación y cuidado.
Los nuevos comerciantes, que son los que están causando el conflicto, están demandando que se les permita vender en ese lugar y alegan que el acto de retirarlos de sus sitios de trabajo va en contra de los derechos de los vendedores. Sin embargo, los comerciantes anteriores argumentan que ellos han mantenido una antigüedad y una relación ajustada con las autoridades correspondientes, y por eso merecen el derecho de estar allí.
Este conflicto entre los vendedores ambulantes ha demostrado ser complicado y con pocas soluciones que puedan satisfacer a ambos bandos. Mientras tanto, los visitantes de la zona deben lidiar con el caos y la tensión que rodea a esta situación que sigue creciendo cada día.
En definitiva, el conflicto entre comerciantes ambulantes en la zona de Bellas Artes y la Alameda sigue en aumento, sin solución por el momento. Esperemos que las autoridades correspondientes puedan encontrar una manera justa y pacífica de abordar este conflicto, para que los visitantes de la zona puedan disfrutar del patrimonio cultural de la Ciudad de México sin la preocupación de cualquier tipo de confrontación.
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