El Servicio de Movilidad Urbana de Ciudad de México, SEMOVI, ha iniciado un proceso significativo de colaboración con diversas entidades para la homologación de la Ley de Movilidad. Esta iniciativa tiene como objetivo crear un marco legislativo más cohesivo y funcional que beneficie tanto a los usuarios como a los operadores de transporte dentro de la metrópoli.
En el contexto de una urbe que enfrenta crecientes desafíos en su infraestructura de transporte, la propuesta de SEMOVI busca abordar problemáticas como la seguridad vial, la reducción de congestionamientos y la promoción de medios de transporte sostenibles. El trabajo conjunto se está llevando a cabo con organizaciones civiles, expertos en movilidad y otras instancias gubernamentales, lo que permite un enfoque multidisciplinario e inclusivo.
Uno de los aspectos más relevantes de este enfoque es la intención de garantizar que las leyes reflejen las necesidades y expectativas de todos los usuarios del sistema de transporte. Esto incluye la consideración de grupos vulnerables y la implementación de medidas que favorezcan la accesibilidad, integrando soluciones que prioricen tanto a peatones como a ciclistas.
Además, esta homologación es vista como una respuesta a la creciente insatisfacción pública hacia los modelos actuales de transporte, que a menudo son criticados por su ineficiencia y falta de integración. Las autoridades han expresado que este proceso permitirá establecer estándares más claros para los transportistas y crear un entorno regulatorio que incentive la innovación en el sector.
El impacto potencial de esta reorganización legislativa podría ser profundo, favoreciendo el desarrollo de un sistema de transporte más dinámico y interconectado. Con una mayor claridad en cuanto a las normativas, se espera que aumente la confianza del ciudadano en el uso del transporte público y privado, lo que podría reducir el uso del automóvil particular, disminuyendo así la huella de carbono de la ciudad.
Esta iniciativa también se inscribe en una tendencia más amplia que se observa a nivel global, donde muchas ciudades están revisando y modernizando sus legislaciones de movilidad para adaptarse a un mundo que cambia rápidamente. La atención a las necesidades medioambientales y sociales es ahora más crucial que nunca en la planificación urbana.
SEMOVI, al liderar este esfuerzo, está dando un paso firme hacia la creación de un entorno más estructurado y eficiente para la movilidad urbana. Los avances que se logren en esta homologación no solo definirán el futuro del transporte en la capital, sino que podrían servir como un modelo a seguir para otras ciudades que enfrentan desafíos similares en su infraestructura de movilidad.
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