El fenómeno del nearshoring ha cobrado fuerza en tiempos recientes, convirtiendo a las ciudades fronterizas de México en actores clave en la reconfiguración de las cadenas de suministro. Este modelo, que se refiere a la reubicación de procesos productivos cerca de los mercados de consumo, está impulsado por varios factores que van desde la inestabilidad económica y social en otras partes del mundo, hasta la necesidad de las empresas de reducir costos y tiempos de entrega.
El contexto global, marcado por alteraciones en la cadena de suministro, ha llevado a muchas empresas a replantearse sus estrategias de producción. En este sentido, las fronteras de México se posicionan estratégicamente gracias a su proximidad a Estados Unidos, el mayor mercado del mundo. Ciudades como Tijuana, Ciudad Juárez y Monterrey han mostrado un crecimiento significativo en este sector, captando la atención de diversas industrias, desde la electrónica hasta la automotriz.
Una de las ventajas del nearshoring es la posibilidad de acceder a mano de obra calificada a un costo competitivo. En México, la formación de profesionales en áreas técnicas ha fomentado un ecosistema atractivo para empresas internacionales que buscan optimizar sus operaciones. Asimismo, la infraestructura logística, que ha sido objeto de inversión y modernización, acompaña esta tendencia, facilitando la movilización de productos y materias primas hacia y desde Estados Unidos.
El impacto del nearshoring no solo se refleja en el ámbito empresarial. Las comunidades locales también se benefician, pues la creación de empleos y la inversión en estas áreas conllevan un efecto directo en la economía regional. La demanda de servicios, tanto en el sector comercial como en el de infraestructura, aumenta, generando un ciclo de crecimiento que puede tener efectos positivos a largo plazo.
Sin embargo, el crecimiento acelerado también presenta desafíos. La saturación de servicios básicos y la presión sobre la infraestructura existentetienen potencial de convertirse en problemáticas si no se gestionan adecuadamente. Además, la competencia por atraer inversiones se intensifica, lo que lleva a las ciudades fronterizas a innovar constantemente en sus ofertas para garantizar la estabilidad y crecimiento continuo.
A medida que miramos hacia el futuro, el nearshoring se posiciona no solo como una respuesta a las dificultades actuales en las cadenas de suministro globales, sino como una estrategia que podría definir el rumbo de la producción y la economía en la región. Las ciudades fronterizas están en una alza, y su rol en este nuevo paradigma podría llevar a un realineamiento significativo en las dinámicas comerciales entre México y su vecino del norte.
Esta nota contiene información de varias fuentes en cooperación con dichos medios de comunicación