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La compañía de inteligencia artificial OpenAI ha salido a la defensa de su sistema de chat GPT-3, afirmando que no ha violado los derechos de autor del libro de Sarah Silverman. Esta aclaración surge después de que se suscitaran controversias sobre la utilización de extractos de la obra de la autora en respuestas generadas por el chatbot.
OpenAI ha declarado que su modelo de lenguaje GPT-3, que es la base del chatbot, no tiene acceso directo a libros específicos durante su entrenamiento. En cambio, se alimenta de una base de datos de internet que incluye una amplia gama de textos y documentos. A pesar de ello, la compañía ha reconocido que puede haber coincidencias entre las respuestas generadas por el chatbot y el contenido del libro de Sarah Silverman.
La controversia se desató cuando se descubrió que el chatbot de OpenAI estaba dando respuestas que parecían estar basadas en extractos del libro de Silverman. Sin embargo, la compañía ha asegurado que esto se debe al aprendizaje automático del modelo GPT-3, que busca imitar el lenguaje humano y puede generar respuestas similares en diferentes contextos.
OpenAI ha afirmado que se toma muy en serio los derechos de propiedad intelectual y se ha comprometido a investigar y solucionar cualquier problema que surja en relación con el uso del chatbot. La empresa también ha destacado que están trabajando en mejoras continuas del modelo para minimizar la posibilidad de coincidencias no deseadas.
Es importante señalar que el uso de inteligencia artificial en el ámbito de la generación de texto plantea desafíos éticos y legales. La capacidad de los chatbots para elaborar respuestas coherentes y creíbles se basa en el aprendizaje a partir de grandes volúmenes de contenido, lo que puede generar coincidencias con obras protegidas por derechos de autor.
En resumen, OpenAI ha defendido que su chatbot no ha violado los derechos de autor del libro de Sarah Silverman. Aunque el chatbot puede generar respuestas similares a contenido protegido, esto se debe a su aprendizaje a partir de una amplia base de datos en internet. La compañía se compromete a investigar y solucionar cualquier problema relacionado con el uso del chatbot y está en constante mejora para evitar coincidencias no deseadas. El uso de inteligencia artificial en la generación de texto plantea desafíos éticos y legales que deben ser abordados adecuadamente.
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