La temporada de ciclones en México para el 2025 se perfila como un período potencialmente peligroso, marcado por la formación de huracanes intensos, un fenómeno vinculado a las altas temperaturas que se registran en el Océano Pacífico. Expertos subrayan que el calor en el mar es un factor fundamental en el desarrollo y la categoría de estos ciclones.
Según el Centro Nacional de Huracanes (NHC), las elevadas temperaturas del océano son vitales para la creación y la intensificación de los ciclones tropicales. Con el cambio climático en el trasfondo, el calentamiento de los océanos podría dar lugar a ciclones más poderosos y destructivos. En efecto, la investigación ha delineado que cuando la temperatura del agua alcanza los 26°C, las condiciones se vuelven propicias para la aparición de huracanes.
Los ciclones tropicales, en su definición más básica, son potentes sistemas de tormentas que surgen en el mar, caracterizados por un sistema giratorio que contiene un centro de circulación cerrado en las capas bajas de la atmósfera. La clasificación de estos fenómenos abarca desde Depresión Tropical hasta Huracán Intenso, dependiendo de su fuerza y características específicas.
Los científicos han encontrado que los océanos más cálidos contribuyen a que los ciclones tropicales sean más intensos. Una temperatura elevada permite que el ciclón absorba más vapor de agua, lo que a su vez fortalece el sistema y puede intensificar la baja presión en el núcleo del fenómeno. Esto es particularmente relevante, ya que se ha observado que el aumento de la temperatura del océano podría proporcionar más energía a los ciclones, propiciando así un incremento en su potencial destructivo.
La Comisión Nacional del Agua advierte que aunque es difícil establecer una conexión directa entre un ciclón tropical y el cambio climático, es evidente que un planeta en condiciones más cálidas influye en la fuerza de estos fenómenos. Ante este panorama, es crucial estar informados y preparados para enfrentar lo que podría ser una nueva era de huracanes más peligrosos e intensos, un desafío que demanda atención y respuesta a todos los niveles.
A medida que se desarrolla esta temporada, es aconsejable seguir los informes y las alertas de los organismos oficiales, asegurando de este modo la seguridad y la preparación ante posibles eventualidades.
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