En una reciente asamblea política, la jefa de gobierno de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum, utilizó botargas para burlarse de los expresidentes Carlos Salinas de Gortari y Vicente Fox. Durante su intervención, Sheinbaum hizo alusiones humorísticas a estos políticos, generando risas y aplausos entre los asistentes.
La crítica a Carlos Salinas de Gortari se basó en su famoso gesto de las manos al inicio de su mandato en 1988, el cual fue interpretado como una señal de “todo está bajo control”. Sheinbaum recreó esta escena utilizando una botarga con las características sobresalientes del expresidente, lo que provocó risas entre la audiencia.
Por otro lado, Sheinbaum también se burló de Vicente Fox, haciendo referencia a su promesa de erradicar la corrupción en México durante su gobierno. Utilizando una botarga que simulaba ser el expresidente, la jefa de gobierno hizo una parodia de esta promesa, dejando en evidencia las incongruencias en el combate a la corrupción durante el sexenio de Fox.
La intervención de Sheinbaum fue aplaudida por los asistentes a la asamblea política, quienes encontraron entretenido y oportuno el uso de las botargas para ridiculizar a los expresidentes. Sin embargo, también ha generado controversia y críticas por considerarse una falta de respeto hacia los exmandatarios y por desviar la atención de los verdaderos problemas del país.
Esta no es la primera vez que Claudia Sheinbaum utiliza la sátira y el humor en sus discursos políticos. Desde el inicio de su gestión, ha adoptado este enfoque para conectar con la población y transmitir sus mensajes. Aunque algunos lo aplauden como una forma fresca y diferente de hacer política, otros consideran que esta estrategia debería ser más cuidadosa y respetuosa, evitando caer en la burla y el sarcasmo hacia figuras públicas.
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