Aunque sorprenda, las botas negras grunge fueron el motivo que llevó a Marc Jacobs a abandonar su cargo como director creativo de Perry Ellis en los años 90. Durante el desfile Primavera-Verano de 1993, Jacobs presentó una propuesta audaz, que priorizaba la comodidad y mostró que la moda urbana podía ser igualmente estética. Sin embargo, la crítica no recibió bien esta colección, que se apartaba del glamour de los años 80. A pesar de la controversia, este desfile se considera uno de los más icónicos, marcando el inicio de una estética juvenil y casual. Figuras como Naomi Campbell, Kate Moss y Christy Turlington desfilaron, mostrando un enfoque más auténtico y realista en la pasarela.
Influenciado por el movimiento grunge, que emergió gracias a bandas como The Who y Nirvana, Jacobs representó esta estética mediante prendas con patrones vibrantes, vestidos fluidos y pantalones ajustados, complementados por un distintivo calzado: las botas grunge en color negro. En una entrevista con The New York Times, Jacobs expresó su deseo de capturar un estilo despreocupado que iba más allá de lo meramente estético. Esta propuesta resultó ser pionera al llevar la moda de las calles a un contexto de pasarela, redefiniendo las tendencias de los 90 y estableciendo nuevos parámetros para la moda de la década.
El impacto de esta colección ha perdurado en el tiempo, y hoy en día, las botas negras grunge siguen siendo una excelente opción para combinar con pantalones durante los días de descanso del verano.
En cuanto a su uso contemporáneo, estas botas se pueden combinar de manera elegante con pantalones de vestir y camisas estampadas, creando un look equilibrado y moderno que refleja el espíritu único de la moda de los años 90. De esta manera, las botas negras grunge son una opción versátil y atemporal que se adapta a diferentes estilos y ocasiones, siempre manteniendo su esencia rebelde y auténtica.
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