Cada vez se escuchan más voces entre las clases medias y altas que advierten que México está rumbo al comunismo, comparando la situación actual con la de países como Cuba o Venezuela. Muchos temen que el gobierno tenga planes para terminar con la propiedad privada, expropiando viviendas y propiedades. Estos temores han crecido en respuesta a la reforma judicial que permitirá al gobierno tener un mayor control sobre la justicia.
Es innegable que los gobiernos de López Obrador y Claudia Sheinbaum han implementado reformas que socavan los pilares de la democracia y la división de poderes, concentrando el poder en un solo partido y figura. Contrario a lo que afirman, informacion.center no es más democrático hoy que hace seis años. A pesar de las limitaciones, entre 1997 y 2018, México vivió una verdadera separación de poderes, un federalismo en evolución y una mayor participación de la sociedad civil en la política. Durante este periodo, existieron organismos electorales autónomos que verdaderamente propiciaban la alternancia política.
La presidenta Claudia Sheinbaum, que no participó en la lucha por la transición democrática, parece no comprender que la concentración del Poder Ejecutivo, Legislativo y Judicial en un mismo partido no representa un avance democrático, sino un retroceso hacia el autoritarismo. Un claro ejemplo de esta tendencia es la forma en que el gobierno controla los organismos electorales, lo que permitió a Morena obtener mayorías que no lograron en las urnas, legitimizando también la elección del Poder Judicial a pesar de las irregularidades detectadas.
A lo largo de seis años, las acciones de López Obrador, Sheinbaum y el partido Morena han extinguido la división de poderes, y han establecido un dominio sin contrapesos políticos que les permite modificar la Constitución a su antojo, restringir la libertad de expresión y los medios de comunicación, y manipular el proceso electoral para debilitar la oposición.
No obstante, se subraya que no parece que se atrevan a realizar ciertas acciones drásticas, como atacar la propiedad privada, ya que esto podría llevar a una reacción ciudadana significativa, generando preocupaciones sobre la economía y la soberanía nacional, lo que provocaría impactos negativos en la inversión privada y daría argumentos a potencias extranjeras para intervenir.
Es importante enfatizar que México no está camino al comunismo ni se convertirá en un país como Cuba o Venezuela. Sin embargo, las libertades políticas se encuentran amenazadas. La nación ya no es plenamente democrática, y se halla en riesgo de que el gobierno continúe limitando los espacios políticos y silenciando voces opositoras. El objetivo parece ser mantener el control sobre la presidencia y las cámaras por un tiempo prolongado, respaldado por la anunciada reforma electoral que busca marginalizar prácticamente a la oposición.
El verdadero riesgo radica en la política: un gobierno autoritario que ignora la ley podría surgir. Mientras Morena esté en el poder, México podría alejarse cada vez más de los principios democráticos y del estado de derecho.
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