A medida que se aproxima la temporada de Cuaresma, la gastronomía en México se transforma en un resplandor de sabores, aromas y tradiciones que atraen a millones de comensales. Este periodo, marcado por la abstinencia de carne roja en muchas familias, intensifica la búsqueda de alternativas frescas y deliciosas en el mar. En este contexto, los pescados y mariscos adquieren un papel protagónico en las mesas mexicanas, convirtiéndose en piezas clave de una experiencia culinaria que combina tradición y creatividad.
El mercado ofrece una amplia variedad de pescados y mariscos que embellecen los platillos cuaresmales. Desde el camarón, caracterizado por su versatilidad, hasta el atún, conocido por su sabrosa carne y rico contenido en omega-3, cada opción se convierte en una invitación a disfrutar de los frutos del mar. Los ceviches, los tacos y las sopas marineras son solo algunas de las propuestas que son típicas durante esta temporada, alimentando no solo el estómago, sino también el alma a través de recetas familiares que han pasado de generación en generación.
Sin embargo, la llegada de la Cuaresma también hace eco de un aumento en los precios de los pescados y mariscos. El mercado suele experimentar una demanda mayor, lo que puede traducirse en costos más altos para los consumidores. Este fenómeno económico no solo es resultado de la demanda estacional, sino también de factores como la sostenibilidad de las especies y la influencia de comerciar a nivel local y global. El momento, por tanto, invita a los consumidores a hacer elecciones más informadas sobre lo que compran.
Para los amantes del mar, la clave es encontrar un equilibrio entre calidad y precio. La variedad de pescados de producción local puede ser una opción más económica y sostenible. Muy apreciados por su frescura y sabor, estos productos fomentan la pesca responsable y apoyan las comunidades pesqueras, además de ofrecer un sinfín de posibilidades en la cocina.
Frente a este escenario, es esencial que los consumidores se informen y exploren diferentes opciones disponibles en sus mercados locales. La Cuaresma no solo es una oportunidad para disfrutar de la riqueza de los mariscos, sino también un llamado a valorar los alimentos que cada temporada nos ofrece, creando conciencia sobre su origen y los procesos involucrados en su producción.
Así, la prolongada tradición de realzar la cocina con pescados y mariscos durante la Cuaresma sigue vigente, enriqueciendo el paladar y la cultura culinaria de México. Las mesas, ahora más que nunca, se llenan de variedad y creatividad, recordándonos que cada platillo cuenta una historia, y que en cada bocado se puede apreciar la riqueza marina que nos rodea. ¡Que la gastronomía cuaresmal despierte nuestros sentidos y nos lleve a redescubrir la magia del mar!
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