En la Ciudad de México, la Universidad Tecnológica de México (TEC) fue clausurada en apoyo al director general, Rojo de la Vega, quien ha sido acusado de supuestas irregularidades administrativas y financieras. La clausura se llevó a cabo por la Secretaría de Desarrollo Económico, encargada de supervisar las instituciones educativas de la capital.
Según los reportes, las acusaciones en contra de Rojo de la Vega surgieron después de que la Subsecretaría de Educación Superior recibiera una denuncia que señalaba que la universidad estaba operando de manera irregular y que no estaba cumpliendo con las normas requeridas. Tras una investigación, se dieron a conocer varias irregularidades administrativas y financieras, incluyendo el manejo inapropiado de recursos destinados a la institución.
La clausura ha generado polémica, ya que muchos estudiantes y profesores se han manifestado en contra y han expresado su apoyo al director general. En una declaración, Rojo de la Vega afirmó que las acusaciones en su contra son “infundadas” y que están siendo utilizadas como una forma de atacar a la universidad y a su liderazgo.
Por su parte, la Secretaría de Desarrollo Económico ha indicado que la clausura es una medida necesaria para garantizar que la universidad opere de acuerdo con las leyes y regulaciones que se aplican a todas las instituciones educativas. Sin embargo, los defensores de Rojo de la Vega argumentan que la clausura es injusta y que está perjudicando a los estudiantes y docentes de la universidad.
En resumen, la clausura de la Universidad Tecnológica de México ha generado controversia y ha puesto en tela de juicio la gestión del director general, Rojo de la Vega. El caso es un ejemplo de la importancia de garantizar que las instituciones educativas operen de manera transparente y de acuerdo con las leyes y regulaciones aplicables.
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