Agricultores de Puebla, Veracruz y Tlaxcala han intensificado su protesta en las inmediaciones del Palacio Legislativo de San Lázaro, estacionando entre 200 y 300 vehículos, así como alrededor de 100 tractores. Este acto de desobediencia civil se realiza en el contexto de la discusión de la controversial Ley de Aguas, la cual ya recibió la aprobación de la Comisión de Recursos Hidráulicos, Agua Potable y Saneamiento de la Cámara de Diputados.
Los manifestantes ingresaron a la Ciudad de México por la Autopista Peñón-Texcoco con el objetivo de que los legisladores detengan la discusión y les otorguen más tiempo para expresar sus preocupaciones sobre esta legislación. La Secretaría de Gobernación (Segob) ha intentado establecer un diálogo con los líderes de las movilizaciones; sin embargo, según la dependencia, estos han rechazado la oferta. En respuesta, el Frente Nacional para el Rescate del Campo Mexicano, el Movimiento Agrícola Campesino y la Asociación Nacional de Transportistas han reiterado que las mesas de negociación se mantienen abiertas y lamentan la versión oficial.
A medida que avanza la tarde, se prevé que los bloqueos se extiendan a diversas carreteras, puentes fronterizos y aduanas en varias regiones del país, incrementando la tensión en esta situación. La respuesta legislativa también ha sido notable; legisladores de oposición, incluidos miembros del PAN y PRI, se han alineado con los agricultores, acusando a la mayoría en la Cámara Baja de avanzar en el dictamen de manera acelerada.
El proceso legislativo ha dado un giro inesperado, ya que se había planeado que el debate de la Ley de Aguas continuara hasta el jueves. Sin embargo, la mayoría de Morena, junto a sus aliados y el Movimiento Ciudadano, lograron modificar el orden del día de la sesión de este miércoles, buscando apresurar el análisis ante el Pleno de San Lázaro.
Ante esta situación, la presidenta de la Mesa Directiva de la Cámara de Diputados, Kenia López Rabadán, expresó su desacuerdo con la modificación del orden del día, advirtiendo sobre las implicaciones de esta acción. No obstante, será el Pleno quien tenga la última palabra.
La controversia en torno a la Ley de Aguas pone de manifiesto las fricciones en la política agrícola del país y subraya la creciente preocupación entre los agricultores por el futuro de sus recursos. Los eventos de este día reflejan no solo la resistencia de un sector esencial para la economía mexicana, sino también el complejo panorama político que envuelve temas de gran relevancia para el desarrollo rural y la gestión hídrica.
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