Ricardo Monreal, actual coordinador de Morena en el Senado, ha suscitado un intenso debate tras referirse como “violencia vicaria” a las burlas que recibió Andrés Manuel López Beltrán, hijo del expresidente Andrés Manuel López Obrador. Esto ocurrió después de que López Beltrán solicitara ser llamado por su nombre completo y no “Andy” en su participación en el pódcast La Moreniza.
La controversia se generó rápidamente en redes sociales y en el ámbito político. Figuras como Alejandro Moreno, presidente nacional del PRI, se unieron a las risas dirigidas hacia la solicitud de López Beltrán, lo que provocó una ola de comentarios en distintos medios. Fue entonces cuando Monreal decidió manifestar su apoyo en su cuenta de X, describiendo las reacciones como una forma de violencia vicaria. En su argumento, el senador sostuvo que se estaba atacando al hijo del mandatario para menoscabar la figura del expresidente, a quien no podían confrontar directamente.
Monreal complementó su postura al publicar un escrito titulado “Derecha vicaria” en su sitio web, donde aduce que estas acciones por parte de la oposición no son solo ataques personales, sino un intento de dañar la imagen de López Obrador a través de su descendencia.
Sin embargo, esta declaración no pasó desapercibida y fue objeto de críticas por parte del Frente Nacional Mujeres (FNM), una organización que lucha activa y constantemente contra la violencia de género. A través de un comunicado, el FNM subrayó que la violencia vicaria es un fenómeno serio que se expresa a través del maltrato o incluso el secuestro y asesinato de hijos e hijas, y que su objetivo es provocar daño emocional y destruir vínculos familiares. Para la organización, el uso del término en un contexto político trivializa el sufrimiento real de las víctimas, lo cual no solo es insensible sino también una falta de comprensión sobre derechos humanos.
El comunicado del FNM enfatizó que referirse a este concepto en términos políticos es preocupante y puede desviar la atención de los problemas reales que enfrentan muchas familias en situaciones de violencia. Hasta el momento, Monreal no ha respondido a las críticas que han emergido desde estos colectivos feministas, lo que ha reavivado un debate sobre la importancia de un uso responsable del lenguaje en el ámbito político y la necesidad de ser conscientes de la gravedad de los términos vinculados a las luchas sociales.
El incidente resalta un desafío significativo en la política contemporánea: la responsabilidad de los líderes al utilizar conceptos asociados con el sufrimiento real. En un entorno donde las palabras tienen un poder considerable, la discusión se mantiene en la agenda, invitando a una reflexión más profunda sobre cómo se abordan temas sensibles en la esfera pública.
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