En los últimos días, se ha revelado que los secretarios de Gobierno y de Seguridad de Guerrero han presentado sus renuncias, luego del trágico asesinato de un normalista en dicha entidad. Este hecho ha generado una gran conmoción en la sociedad, ya que pone en entredicho la capacidad del gobierno para garantizar la seguridad de los ciudadanos.
El secretario de Seguridad Pública de Guerrero, David Portillo Menchaca, presentó su renuncia al gobernador Héctor Astudillo Flores, argumentando motivos personales. Por su parte, el secretario de Gobierno, Florencio Salazar Adame, también dimitió de su cargo, sin especificar las razones exactas de su decisión.
El asesinato del normalista ha sido catalogado como un acto de violencia inaceptable, que ha puesto en evidencia las deficiencias en materia de seguridad y justicia en la entidad. Las autoridades locales han expresado su compromiso de esclarecer los hechos y llevar a los responsables ante la justicia, pero la renuncia de los secretarios de Gobierno y Seguridad ha generado dudas sobre la capacidad del gobierno para cumplir con esa promesa.
Ante esta situación, es fundamental que las autoridades actúen con diligencia y transparencia para restablecer la confianza de la sociedad en el Estado de Derecho. La renuncia de los secretarios de Gobierno y de Seguridad puede ser vista como un primer paso en ese sentido, pero será necesario un esfuerzo conjunto de todas las instancias de gobierno para garantizar la seguridad y la justicia en Guerrero.
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